El submarino atómico ruso multifuncional del proyecto 971 'Schuka-B' ('Akula', en la clasificación de la OTAN) estuvo en el Golfo de México durante varias semanas entre junio y julio de aquel año. Se trataba del primer caso de estas características en los últimos años. Los submarinos de la clase 'Akula' eran considerados como unos de los más silenciosos e imperceptibles para los radares, según comunicó la agencia ITAR-TASS.
Un submarino clase Akula en ruta.
Dominio públicoLa presencia del submarino ruso en el Golfo de México fue conocida una vez que este abandonó la zona. El primero en publicar la noticia fue el periodista del Washington Free Beacon, Bill Gertz, un conocido periodista en los círculos cercanos al Pentágono y los servicios especiales, citando a funcionarios americanos sin identificar.
Según las fuentes, la presencia del submarino ruso en las costas de los EE UU evidenciaba las carencias en el trabajo de los complejos estadounidenses antisubmarinos. Además, recalcaron que la administración del presidente Barack Obama recortaría en los diez años siguientes 487.000 millones de dólares en la financiación de estos complejos, dentro del plan de reducción de gastos en defensa.
En este sentido, no se descartó que la filtración sobre el submarino ruso estuviese relacionada con la discusión en el Congreso del proyecto de presupuesto de defensa de los EE UU en aquel entonces.
Ígor Korotchenko, representante del Consejo Social del Ministerio de defensa y redactor de la revista "Defensa nacional", declaró que si el submarino ruso realmente estuvo en las costas de EE UU, no se trataba más que de una táctica regular del trabajo de la Flota del Norte y sus submarinos. Según este experto militar, los submarinos estadounidenses y británicos visitan constantemente las cosas rusas.
“Las operaciones militares de submarinos atómicos multifuncionales en las costas de un enemigo potencial, son parte habitual de los trabajos militares planificados de los submarinos. Lo que no es normal de hecho, es que en los años 90 Rusia prácticamente dejara de realizar este tipo de operaciones. Pero lo sucedido demuestra que nuestra flota de guerra ha vuelto a realizar, como antiguamente, estas operaciones militares, algo que está completamente justificado y es normal”, afirmó.
Korotchenko también opinó que el escándalo del submarino ruso que salió a la luz pública fue útil para intentar conseguir una asignación extra para los programas relacionados con la defensa de los EE UU.
“Como es sabido, el factor de la amenaza rusa se utiliza de forma activa para solucionar problemas con el presupuesto. Naturalmente, esta amenaza funciona, como si se tratase de un trapo rojo con un toro: con cualquier senador en un arrebato patriótico vota a favor de destinar una asignación para desarrollar el programa”, explicó el experto.
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