¿Quién, en un día frío, rechazaría un blin con relleno dulce? ¡Nadie! Es por eso que los blinis eran la comida principal ofrecida por los vendedores ambulantes. Estos generalmente se instalaban en un lugar muy animado, como Ojotni Riad, Solianka, cerca de un baño, mercado o una estación de trenes. Los precios eran los mismos en todos los puestos. Sin embargo, era posible obtener algo que echarse a la boca no solo en los puestos callejeros sino también en algunas tabernas. En su colección de historias sobre Moscú, Vladímir Guiliarovski escribió que un lugar popular que servía blinis era la sala inferior de la taberna Nizok. Los blinis se horneban allí de la mañana a la noche, a la vista de los clientes.
El kalach es el tipo de pan blanco más antiguo de Rusia. El hecho en Moscú parecía una pesa de hierro: su parte inferior era redonda y suave, mientras que la parte superior se parecía a un mango duro hecho de masa. La gente sostenía el mango mientras comía el kalach pero no se comía el mango: lo tiraban o se lo daban a los pobres. La cuestión es que a menudo las personas no podían lavarse las manos antes de comer, por lo que usaban el mango del kalach para no tocar la parte comestible.
Los kalachs se vendían en centros comerciales presentados en estrechas bandejas, generalmente congeladas para que el producto permaneciera fresco. Cuando se compraba, el kalach se descongelaba en una toalla caliente y, gracias a las cualidades casi milagrosas de la masa, no era muy diferente de uno recién horneado.
Las barankas aparecieron más tarde que los kalachs. Aparecen por primeraz vez mencionados en un decreto de Pedro el Grande de 1725, que estableció su precio. Su producción en masa en comenzó solo en la segunda mitad del siglo XIX. La baranka era un anillo de masa hervida en agua y servida como un tipo de postre ruso. Eran horneadas y colgadas en una cuerda, varias docenas a la vez. Eran particularmente populares en ferias y fiestas nacionales.
Los grechniviks ocupaban un lugar especial entre los productos disponibles en la venta ambulante, Guiliarovski escribió sobre cómo se vendían en Ojotni Riad. También eran muy populares durante la Cuaresma, antes de Pascua, cuando los creyentes ortodoxos se abstenían de comer alimentos grasos y dulces. La receta para preparar el grechnivik es muy simple. Se asemeja a una tortilla plana con gachas de alforfón. La papilla se hierve con fuego fuerte, se coloca en una sartén y se enfria. Luego, los huevos ligeramente batidos se vierten sobre los grechniviks, que se fríen en ambos lados en aceite vegetal. Los vendedores vendían los grechniviks directamente desde bandejas, sirviéndolos en aceite vegetal derretido. Esta comida era una de las favoritas entre los cocheros, que la tomaban mientras esperaban a su próximo cliente.
Los pirozhoks calientes se servían principalmente como refrigerios que acompañaban al kvas y también tenían mucha demanda entre los estudiantes, ya que eran el tipo de comida callejera más barata. Los panaderos de pirozhok aparecían para venderlos en una caja cubierta con un pequeño cojín especial, para que no se enfriaran. En Moscú eran horneados con prácticamente cualquier tipo de relleno: mermelada, patatas, huevos o carne. Los pirozhoks con mermelada se vendían por cinco kopeks la pieza y aquellos con carne costaban el doble.
El kisel de guisantes es otro tipo de comida tipicamente cuaresmal. Su preparación es incluso más fácil que la de los grechniviks. La harina de guisante se mezcla con agua hirviendo y se deja en un horno durante 15-20 minutos. Luego se vierte en un molde para que se enfríe. Cuando está listo, se puede cortar en pedazos. Mantiene su forma, pero no es muy atractiva: una gelatina verde amarillenta cortada en rodajas y nadando en mantequilla. Sin embargo, a los habitantes de la ciudad les encantaba. Durante los días particularmente estrictos de la Cuaresma, en lugar del guisante aparecía una variante aún más modesta: el kisel de avena. Se prepararaba de la misma manera, con harina de avena, pero no se servía con mantequilla.
La comida callejera más cara era lashchí, una sopa rusa tradicional hecha con repollo agrio, papas, jamón y caldo de carne. Se servía con crema agria. Los comerciantes lo pedían sin abandonar su puesto. Un cuenco costaba 10 kopeks de plata. El vendedor, volando como una bala a través del mercado, entregaba las porciones de sopa caliente a los clientes y algún tiempo después regresaba, recogía los cuencos sucios y los limpiaba con un trapo.
Se sabe que el invierno ruso es muy severo. Sin embargo, siempre hubo fiestas nacionales y festividades de invierno y obviamente nadie quiere congelarse en ellas. Es por eso que las bebidas calientes siempre tuvieron mucha demanda. El sbiten es una antigua bebida rusa hecha con miel. Sus vendedores eran llamados sbitenschiks. En Moscú se encontraban principalmente en Kitái-gorod y Ojotni Riad, los lugares con los mercados más animados. Para que el sbiten permanezca caliente el mayor tiempo posible, se vierte en recipientes con cuellos estrechos.
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: