En Rusia, las mujeres y sus recién nacidos permanecen en el hospital de maternidad de tres a cinco días. Durante este tiempo reciben atención médica y los profesionales de la sanidad les ayudan a iniciar la lactancia. Por regla general, las madres comen en la cantina del hospital, que tiene un menú especial que consiste en alimentos saludables, ricos en vitaminas. Todos los días se sirven varios tipos de gachas de avena y sopa.
En el siglo XX, Manuíl Pévzner, médico soviético y uno de los fundadores de la dietología en la URSS, desarrolló un sistema dietético compuesto por 15 dietas médicas, cada una de las cuales recibió un número y la denominación “mesa”. Por lo tanto, en los primeros días después del parto, las mujeres que sufrían complicaciones durante este trance recibían una dieta médica, la “primera mesa”.
Normalmente consiste en avena o sémola para el desayuno y una simple sopa de verduras con patatas, zanahorias y hierbas para el almuerzo. Para la cena toman las gachas con carne estofada o hervida.
Las mujeres que tuvieron un parto fácil, en cambio, toman avena hecha con leche, un sándwich de queso y un huevo para el desayuno. Para el almuerzo se les ofrece sopa de carne, seguida de un segundo plato de pollo hervido, carne o pescado con guarnición (pasta, alforfón o patatas hervidas); a veces se sirve un pastel de patatas y carne picada. Para la cena, gachas de avena o verduras con salchichas.
“En el Hospital Lápino (una de las maternidades más prestigiosas de Moscú) para el desayuno se puede pedir sírniki (una especie de creps de requesón) con crema agria o gachas de avena, trigo sarraceno, arroz, etc.”, contó Polina Pelévina, dietista del Hospital Clínico Lápino, a Russia Beyond. “El almuerzo incluye diferentes ensaladas, sopa y un plato principal. Para la cena puedes comer ensalada (por ejemplo, zanahorias con crema agria o espinacas en salsa cremosa) y un plato principal (por ejemplo, trigo bulgur con filete de pollo y verduras)”.
De todos modos, en las maternidades estatales de toda la vida, la situación es similar: “Di a luz gratuitamente en una maternidad normal de Moscú”, dice la joven madre Irina. “Por supuesto, no había ningún manjar, pero nos alimentaban bien: sopa, un plato principal con carne, kéfir, yogures, fruta y panecillos. Tenía antojo de algo dulce, así que disfruté hasta de zapekanka (pastel de requesón), algo que no tocaría en la ‘vida normal’”.
Los médicos recomiendan que la ingesta calórica diaria de las nuevas madres se calcule individualmente. “Cuando da el pecho, una mujer necesita 500 kcal adicionales además de su gasto energético diario. También se debe tener en cuenta el factor de actividad (si la mujer está en reposo total en una cama, confinada a una sala o no tiene tales restricciones), el factor de daño a la salud (parto complicado, cesárea, peritonitis, sepsis, etc.) y el aumento de la temperatura corporal”, explica Pelévina.
Si una nueva madre tiene alguna alergia alimentaria, los nuevos alimentos se introducen en su ración gradualmente, al mismo tiempo que se monitorea la reacción del recién nacido. Si ni mamá ni papá han tenido nunca una reacción alérgica a algo, la mujer puede recibir una buena dieta nutritiva que incluya una amplia variedad de alimentos, “con la excepción de la cebolla, el ajo y la pimienta, porque afectan al sabor de la leche materna y el recién nacido puede rechazarla”.
La sed que siente la madre después de dar a luz se calma con varias bebidas que se sirven junto con agua en cada comida: jugo de frutas secas guisadas, té y kéfir.
“A las madres que están amamantando se les aconseja que no tomen mucho café ni té negro o verde, que contienen cafeína”, dice Pelévina. “El tiempo medio de eliminación de la cafeína del organismo de un recién nacido es de 3-4 días. El consumo frecuente de cafeína puede reducir los niveles de hemoglobina tanto en la madre como en el niño”.
El kéfir o yogur de frutas se sirve en las clínicas de maternidad casi todos los días, a menudo poco antes de que las madres vayan a acostarse. Al mismo tiempo, los pediatras rusos aconsejan a las madres evitar el kéfir y los yogures con aditivos de frutas cuando un bebé lactante sufre de cólicos o reacciones alérgicas.
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