Estos ‘melocotones’ ultrarrealistas hechos de masa quebrada te derretirán el corazón

Victoria Drey
Hacer estos pastelitos es un placer absoluto. Siguiendo la tradición soviética, los coloreas con zumo natural de remolacha y zanahoria, haciendo que unas galletas normales parezcan auténticos melocotones.

Las galletas con forma de melocotón o “persiki”, como se conocen en Rusia, son pasteles tradicionales de masa quebrada hechos con dos mitades de galletas redondas con el relleno más suculento: leche condensada hervida o dulce de leche. Sin embargo, la receta en sí no tiene nada de especial: sumergiéndolas en colorante rojo y naranja, y rebozándolas en azúcar, las galletas se transforman en melocotones de apariencia real. De hecho, este no es el único tipo de galleta soviética con forma de fruta o con motivos botánicos: las “setas” de masa quebrada también merecen la pena, pero no tienen un relleno tan suculento como los “melocotones”.

Recuerdo los “melocotones” del comedor de mi colegio, así como los de mi madre: estas galletas han sido populares durante décadas. Sin embargo, siempre han sido caseras y no compradas en tiendsa, razón por la cual muchas mujeres soviéticas tenían su propia receta. Por eso tampoco existe un método único y común para hornear galletas con forma de melocotón. Sin embargo, hay un truco común a todas las recetas: en la URSS, era práctica habitual teñir las galletas con zumo de zanahoria y remolacha recién exprimido.

Hoy en día, casi nunca encuentro galletas como éstas en las panaderías y pastelerías, y creo que es absolutamente injusto: son uno de los dulces más deliciosos que he probado nunca.

Ingredientes para la masa:

  • 2 huevos
  • 300-350 g de harina normal
  • 100 g de azúcar
  • 50 g de mantequilla
  • 50g de crema agria
  • ½ cucharadita de levadura en polvo
  • Una pizca de sal

Ingredientes para el relleno:

  • 250 g de leche condensada hervida o dulce de leche
  • 1/3 cucharadita de sal

Ingredientes para el colorante :

  • 1 zanahoria
  • 1 remolacha
  • Azúcar para remojar 

Preparación:

Empezar con la masa de las galletas: en un bol grande, batir los huevos con el azúcar con la batidora hasta que se disuelvan los granos de azúcar.

A continuación, tomar la mantequilla ablandada y la nata agria, añadirlas a la mezcla de huevo y batir de nuevo. Después, tamizar la harina con la sal y la levadura en polvo. Es mejor añadir primero 300 g de harina y comprobar la masa: si aún está demasiado líquida, añadir los 50 g restantes y mezclar hasta que se incorpore.

No te preocupes si la masa resulta pegajosa: esta consistencia hace que las galletas sean más blandas. No hace falta que formes una bola con la masa: da forma a tus galletas directamente desde el bol con la masa utilizando una cuchara y las manos.

Forma bolas del mismo tamaño, aproximadamente una cucharada sopera cada una (puedes engrasarte ligeramente las manos con aceite si la masa se te pega a los dedos). Colocar las bolas de masa en una bandeja de horno forrada con un trozo de papel pergamino y hornear durante unos 15-17 minutos a 190°C.

Los bizcochos deben estar bien cocidos por dentro pero no dorados en la superficie.

Deja que se enfríen un poco y, con un cuchillo pequeño o un molde especial para hornear, corta un círculo en el centro de cada galleta: serán los espacios para el relleno. En este punto, forma parejas de galletas.

A continuación, vamos a preparar el relleno: bate la leche condensada hervida o el dulce de leche con una pizca generosa de sal para conseguir un agradable sabor a caramelo salado. A algunas personas les gusta añadir mantequilla o mascarpone para que el relleno sea más cremoso, otras añaden una porción de mermelada de albaricoque para que sea más ácido y afrutado, pero yo prefiero la leche condensada hervida sola.

Utilizando una plantilla de repostería, coloca ligeramente en cada galleta el relleno. Presiona suavemente los pares de galletas entre sí, repite la operación con todas ellas y mételas en la nevera durante unos 30 minutos para que se endurezcan con el relleno.

Para el colorante natural, ralla una zanahoria y una remolacha. Con ayuda de un colador, exprime el zumo en dos cuencos distintos.

Coge un “melocotón” cada vez, moja la mitad en el zumo de zanahoria y la otra mitad en el de remolacha.

Inmediatamente después, reboza generosamente la galleta en azúcar. Repite la operación con todos los “melocotones”.

Cuando hayas terminado, resérvalos una hora para que cuajen.

Para un efecto aún más realista, decóralos con hojas de menta fresca o seca y sírvelos. ¡Priatnovo appetita!

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