Situada en el corazón de Rusia, la rica herencia culinaria de Mordovia (situada en la parte europea de Rusia) ha sido moldeada por el antiguo modo de vida de los pueblos fino-úgricos y su profunda conexión con la tierra. Históricamente, fueron recolectores, cazadores y pescadores antes de convertirse en agricultores y empezar a criar ganado.
La leche ha desempeñado durante mucho tiempo un papel importante en la vida cotidiana de los habitantes de esta región. Se consume bebida y también se utiliza como ingrediente clave en diversos platos. Con la leche se elaboraba un amplio surtido de quesos duros, así como requesón y productos lácteos fermentados.
La cocina de Mordovia también cuenta con una gran variedad de dulces, muchos de los cuales tenían un significado ceremonial. Entre estas delicias se encuentran los "pechos de mujer joven" (grudi molodushki en ruso), más conocidos como "bollos de boda".
En la antigüedad, cuando Mordovia era pagana, este pastel desempeñaba un papel crucial en los rituales de boda locales. Durante una ceremonia especial de oración en casa del novio, los invitados imploraban al dios supremo Nishke sus bendiciones. Rezaban para que la joven novia estuviera dotada de abundante leche materna y diera a luz siete hijos y siete hijas.
Aunque las tradiciones paganas han evolucionado, el nombre de los bollos de requesón de Mordovia como “pechos de mujer joven" perdura hasta nuestros días. Estos bollos siguen ocupando un lugar de honor en las mesas festivas de las familias de Mordovia, especialmente en las bodas.
Para la masa de levadura:
Para el relleno
Vamos a preparar la masa con la levadura. En un bol, mezclar 1 taza de harina, 1 taza de azúcar y el sobre de levadura. Calentar 1 taza de leche hasta que esté tibia (no hirviendo) y añadirla a los ingredientes secos.
Mezclar todo para formar la masa. Tapa el bol y deja que la masa suba durante 1-1,5 horas, hasta que haya doblado su tamaño.
Una vez que la masa madre haya subido, añadir al bol 500 g de harina, 1 huevo, 100 g de mantequilla, 1 cucharada de aceite vegetal, 1 cucharadita de sal y 1 cucharada de azúcar.
Amasar hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados. Es posible que tenga que añadir un poco más de harina si la masa es demasiado pegajosa.
Vamos a preparar el relleno. En un bol aparte, mezclar 300 g de requesón, 1 huevo, 1 cucharada de azúcar y vainilla al gusto. Mezclar hasta obtener un relleno suave y cremoso.
Cuando la masa esté lista, divídela en partes iguales y extiende cada parte en forma de círculo. Coloca una cucharada del relleno de requesón en el centro de cada círculo de masa. Dobla con cuidado los bordes de la masa sobre el relleno, dejando un pequeño agujero en el centro. Toma un trocito de masa y dale forma de salchicha. Colócalo alrededor del agujero del centro para que sirva como toque decorativo.
Bate el huevo restante y pincélalo sobre la parte superior de los bollos para que adquieran después un color dorado.
Precalentar el horno a 220°C, y colocar los bollos montados en una bandeja de horno forrada con papel pergamino. Hornear durante unos 15-20 minutos, o hasta que estén dorados.
Disfrútalos calientes, aunque ligeramente fríos, antes de servir.
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