Mucha gente poco familiarizada con el arte contemporáneo pero a la que le gusta el cine podrá recordar una escena de la serie de televisión Sexo en Nueva York. En su primera cita con el artista ruso Alexánder Petrovski, Carrie Bradshaw va con él a una galería. Hay una joven artista que se niega a comer, ha hecho un voto de silencio y se ha instalado en la ventana de la galería. Los amantes van a ver si la artista cumple sus votos a altas horas de la noche, cuando la galería está cerrada.
Los que estén un poco familiarizados con el arte contemporáneo probablemente hayan oído hablar de la artista serbia Marina Abramović, conocida como la “reina de la performance”. Olya (Olga) Kroytor es a menudo comparada con Abramović. La rusa de 32 años lo rechaza: “No estoy de acuerdo con el punto de vista de Marina Abramović porque no es algo que comparta y porque no es un espectáculo en el que todos los espectadores tengan que participar”. Kroytor también cree que su lenguaje artístico es más universal y comprensible para el público en general.
Aquí presentamos las actuaciones más memorables de Olya Kroytor.
¿Alguna vez has intentado estar de pie durante varias horas sin moverte, incluso en un tocón de árbol? Kroytor estuvo de pie durante dos horas en un poste de cuatro metros de alto y 40 cm de diámetro. Argumenta que es la única manera de encontrar “tu punto de apoyo”, es decir, tu lugar en la vida.
Podría decirse que es su actuación más conocida, por lo que recibió el Premio Kandinsky, un premio de arte que se entrega todos los años en Moscú. Kroytor lo hizo varias veces, incluso en invierno.
“Fulcrum es un intento simbólico y, al mismo tiempo, bastante físico, de encontrar un punto de apoyo en una realidad en la que los valores familiares están cambiando y siendo reemplazados por nuevos puntos de referencia y paradigmas”, dice la curadora Oxana Chviákina.
La artista yacía en una tumba cubierta de hierba con una tapa de vidrio. Desnuda y, como la Venus de Botticelli, cubierta por su pelo. Gran cantidad de espectadores la pasaron “sobre ella” y la sometieron a escrutinio.
“Cualquier obra de arte es básicamente un artista desnudo que cuenta al espectador todos los detalles más íntimos sobre él. A veces incluso se cuenta lo que le da vergüenza o miedo....”, explica Olya en su página web.
La idea de la representación le vino durante una visita al Museo del Louvre (París). Sintió compasión por la Mona Lisa, a la que miles de personas miran cada día fijamente y tratan de fotografiar.
La metáfora que sirve de base a esta actuación es bastante clara: cada capullo está destinado a convertirse en una hermosa mariposa. Pero, ¿por qué la artista, que ya es hermosa, se ataría a un árbol envuelta en un capullo?
Resulta que hay otro significado oculto. Un capullo es también una trampa en la que puede caer una hermosa mariposa, de modo que es, simultáneamente, un peligro y un lugar de refugio, la expectativa de un futuro brillante y una agonía de muerte.
Olya pasó nueve días lavando el suelo de un espacio de exposición con su propio cabello. Escogía a un visitante y lo seguía con un cubo de agua, limpiando el suelo con su pelo frente a los lugares de la exposición en los que se había parado el visitante. Esta era la manera de la artista de “absorber todos los recuerdos negativos, despejar el espacio kármico y absorber como una esponja todo el dolor, el sufrimiento, el resentimiento y la ira”.
Para la artista esta performance fue un estudio serio de sí misma y de los demás. Identificó varias etapas de comportamiento en los visitantes: miedo, superación de la vergüenza, adaptación y la imposibilidad de vivir sin el otro. La gente volvía a verla en la galería.
La soledad es un tema recurrente en la obra de Kroytor. En un poste alto, dentro de una tumba, en un capullo... “Todas mis actuaciones tratan de cómo me siento aquí y ahora”, dice la artista. La performance titulada Aislamente, que realizó en el museo de arte contemporáneo Garage, de Moscú, está vinculada al mismo tema.
Kroytor se clavó en la pared con una viga de madera cubierta por una alfombra roja –un símbolo de sangre y de ciertos eventos importantes que, literalmente, pueden traspasar a una persona– es decir, el momento en que no se puede hacer nada y se está tratando de entender lo que está sucediendo. Olya declaró que fue su respuesta al conflicto armado en Ucrania.
Si quieres entender mejor el arte contemporáneo, te damos unas pistas para ello.
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