La pesca es una de las actividades más populares en Rusia. Según la tradición popular, los hombres se “escapan” de sus esposas para ir a pescar. Observar el agua y esperar en silencio hasta que el pez pique es una verdadera meditación a la manera rusa (muy popular y la pesca en hielo en invierno, para que los verdaderos pescadores no tengan miedo de las heladas y el mal tiempo).
Hay numerosos proverbios asociados a esta actividad: “Un pescador ve un pescador de lejos”, “no todos quienes hayan pescado un pez son pescadores”, “al charlatán se le ve por la palabra; y al pescador, por la captura”.
Atrapar un pez raro, especialmente uno grande, se considera una gran suerte, por eso muchos cuentos de hadas tratan de un pescador que pesca uno mágico que concede deseos. El propio pescador puede ser miserable, pobre, desafortunado o perezoso.
Fotograma de la película ‘Por la voluntad del lucio’, 1938.
Alexánder Rou/Soyuzdetfilm, 1938Son dos los peces mágicos más famosos de los cuentos rusos. Uno de ellos es el lucio. En el cuento Por la voluntad del lucio, el perezoso Yemelia tiene la suerte de atrapar con sus propias manos un lucio mágico en un pozo de hielo. Sin embargo, decide dejarlo vivir y, en agradecimiento, el lucio le concede un regalo mágico. Utilizando el hechizo “Por la voluntad del lucio, por el deseo del lucio”, Yemelia hace realidad todos sus deseos.
Sin embargo, la mayoría de las veces utiliza su poder mágico para las tareas domésticas: cortar leña, acarrear agua y montar su propia cocina. Finalmente, el zar descubre las habilidades de Yemelia y lo invita a su palacio, e incluso casa a su hija con el tonto. Esta historia es una de las más populares del folclore ruso, sobre el increíble éxito de un hombre que no se esforzó en absoluto y que al principio se encontraba en una situación muy miserable.
Fotograma de la película de animación soviética ‘El cuento del pescador y el pez’
Mijaíl Tsejanovski/Soyuzmultfilm, 1950El otro más famoso es el pez dorado de la obra de Alexánder Pushkin El cuento del pescador y el pez, basada en un cuento popular. En ella, un pobre anciano atrapa accidentalmente un pez mágico, que le ruega que le perdone la vida a cambio de que se cumplan sus deseos. El anciano no quiere nada del pez y se limita a devolverlo al mar, pero su malhumorada esposa le regaña por haber desperdiciado semejante oportunidad, y le dice que le pida al pez una nueva casa. Entonces crecen los deseos de la anciana, que pide convertirse en noble, y luego en reina... Pero al final el pez se enfada y priva a la anciana de todo, se queda donde empezó: “en un comedero roto”. Esta frase se ha convertido en un proverbio, y en una moraleja para los que quieren demasiado y abusan de los poderes mágicos.
Ilustración de Iván Bilibin de ’El cuento del pescador y el pez‘.
Iván BilibinSíguenos en nuestro canal de Telegram: https://t.me/russiabeyondes
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