UN RESUMEN SUPERCORTO
Un hombre inherentemente virtuoso y desinteresado navega por los entresijos de un estrecho círculo social en San Petersburgo. Percibido como una oveja negra por los corruptos, el hombre no renuncia a su amor omnímodo por las almas de los pecadores y acaba volviéndose loco.
Tras pasar varios años en una institución mental suiza, el príncipe Mishkin viaja a San Petersburgo. En el tren, conoce a un hombre que responde al nombre de Rogozin.
Al encontrarse como heredero de una gran riqueza tras la repentina muerte de su padre, Rogozin planea casarse con una bella pero conocida mantenida llamada Nastasia Filípovna, a la que ama desesperadamente a pesar de su reputación.
Al llegar a San Petersburgo, el príncipe Mishkin se encuentra con sus parientes lejanos, la señora y el general Yepanchin y su secretario, Gania.
Los lectores se enteran de que el general Yepanchin, Gania y un hombre poderoso y rico llamado Afanasi Totski (que abusó sexualmente de Nastasia Filípovna cuando la había tomado bajo su cuidado como huérfana, pero que, poco a poco, se cansó de ella como mujer adulta, porque siempre estaba enfadada con él y era difícil de controlar) todo esto marcaría el futuro destino de Nastasia.
Totski quiere deshacerse de ella y está dispuesto a proporcionar una importante dote a un hombre que se case con ella. El general Yepanchin también quiere que Nastasia desaparezca, porque tiene planes de casar a una de sus hijas con Totski percibiendo el matrimonio como un negocio económicamente lucrativo. Por el contrario, el secretario del general, Gania, quiere casarse con Nastasia, no sólo porque la encuentra atractiva, sino también porque la cuantiosa dote de 75.000 rublos es la cantidad de dinero que no podía permitirse perder.
Mientras tanto, la hija menor del general, llamada Aglaya, se encapricha con el sincero, desinteresado y reflexivo príncipe Mishkin. Sin embargo, él es demasiado inocente para darse cuenta de que la mujer se siente atraída por él.
Al darse cuenta de que el matrimonio con Aglaia le promete más beneficios sociales y económicos, el secretario del general, Gania, decide no casarse con Nastasia, a menos que sepa con seguridad que no tiene ninguna posibilidad con Aglaia. El príncipe Mishkin se convierte involuntariamente en intermediario entre Gania y Aglaia, pero pronto descubre que la mujer está disgustada con su potencial prometido y lo rechaza.
Cuando el príncipe Mishkin y su conocido Rogozin se hacen íntimos, Mishkin le cuenta a su amigo sus sentimientos por Nastasia. Celoso, Rogozin intenta asesinar a Mishkin, pero éste sufre un ataque de epilepsia que obliga a Rogozin a abandonar su malicioso plan. Una vez que Mishkin se recupera, vuelve a demostrar la grandeza de su carácter al disculparse con Rogozin por sospechar que su amigo conspiraba para matarlo.
El príncipe Mishkin desarrolla sentimientos tanto por Nastasia como por Aglaia. Su amor por Nastasia es por compasión y su amor por Aglaya es por pasión. Cuando se ve obligado a elegir, Mishkin escoge el amor por compasión, porque es más desinteresado que sus profundos y apasionados sentimientos por Aglaia.
La boda entre ambos está concertada, pero Nastasia cambia de opinión en el último momento. La mujer cree que su futuro marido es demasiado bueno y puro para casarse con ella y lo abandona por Rogozin el día de la boda.
El príncipe Mishkin encuentra a Rogozin, que lo lleva a su casa y le muestra el cadáver de Nastasia, a la que ha matado. Rogozin cae enfermo y Mishkin intenta calmar a su angustiado amigo y aliviar su sufrimiento.
Cuando los dos son descubiertos, Rogozin está en mal estado, pero Mishkin pierde la cordura, convirtiéndose en un “idiota”. Posteriormente, Rogozin es juzgado por asesinato y condenado al exilio en Siberia. Mishkin regresa a la institución mental suiza con pocas esperanzas de recuperarse.
Al escribir El idiota, Dostoievski se propuso explorar cómo le iría a un personaje parecido a Cristo, el príncipe Mishkin, en una sociedad moderna corrupta. El escritor inserta un alma desinteresada e intrínsecamente pura en un caos social caracterizado por la omnipresente desigualdad social y financiera.
Los demás personajes de Dostoievski son esencialmente humanos: a pesar de sus diferentes personalidades y circunstancias, se equilibran al borde de la salvación y la destrucción, pero son incapaces de desprenderse de sus peores rasgos para acercarse al carácter del príncipe Mishkin, que parece ser tan bondadoso y virtuoso que los demás lo perciben como un “idiota”, incapaz de vivir en la sociedad mundana.
Al final de la novela, el protagonista se convierte literalmente en una persona de escasa inteligencia, que sufre un colapso mental y es incapaz de recuperarse.
Al escribir El idiota, Dostoievski llevó a cabo una gran empresa filosófica y no quedó satisfecho con el resultado de la novela. Tampoco los lectores contemporáneos quedaron impresionados por la novela. Sin embargo, con el paso del tiempo, el libro adquirió el estatus de una de las obras clave de la literatura clásica rusa.
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