La décima edición vuelve a conquistar al público.
Maksim Blinov / Ria NovostiEntre el 26 de agosto y el 3 de septiembre músicos de Rusia, Mongolia, Italia, Eslovenia, Israel y Grecia, entre otros muchos, tomaron las calles del centro de Moscú. El primer día de la celebración tuvo lugar un desfile por la céntrica calle Tverskaya. Posteriormente hubo conciertos gratuitos en diferentes lugares de la capital. Uno de los espectáculos más destacados lo ofrece la Escuela de Arte Ecuestre del Kremlin en un picadero diseñado especialmente para la ocasión en la misma Plaza Roja.
Sin filtros, así se veía la Plaza Roja en un momento de la celebración del festival.
La Guardia de Honor y Orquesta del Regimiento Presidencial “Aibyn” de Kazajistán deleitó al público con su espectáculo.
La clausura del festival estuvo llena de fuerza y de animada música.
Al final de cada actuación una banda conformada por todos los participantes, con cerca de 1500 músicos se juntó en la Plaza Roja tocando los acordes finales acompañados por fuegos artificiales y espectáculo de luz y color proyectado sobre la Catedral de San Basilio.
Además de música hubo espectaculares fuegos artificiales y la catedral de San Basilio estuvo iluminada con diseños diferentes.
Vista de la Torre Spásskaia (del Salvador) que da nombre al Festival y es un testigo de lujo de todos los espectáculos que se celebran en la Plaza Roja.
Conmovedor, aunque sea una grabación con el smartphone.
Visión general del inigualable enclave donde se realizaron la mayoría de los conciertos.
Vista del Museo Estatal de Historia y la Puerta de la Resurreción durante los fuegos artificiales.
Escena que no parece de este mundo, pero tuvo lugar en Moscú el pasado fin de semana.
Joven desfila con el estandarte del festival durante el primer día.
El mundo gira al son de la música. Es algo universal.
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