Presentamos cinco de las ideas más interesantes del científico, que anticiparon la llegada de la era espacial. Algunas ya se han hecho realidad, mientras que otras todavía aguardan su hora.
Aerostato plegable y máquina voladora con forma de pájaro
Uno de los primeros proyectos de Tsiolkovski que, pese a no ser realizado, atrajo la atención de los grandes científicos de la época hacia el joven científico autodidacta, fue la construcción de un dirigible. La originalidad del proyecto consistía en el material con el que proponía diseñar el fuselaje del avión, completamente mecánico, evitando así reacciones químicas peligrosas, y en la alteración de la forma del aerostato.
Konstantín Tsiolkovski, físico soviético, conocido como "El Padre de la Cosmonáutica". Fuente: wikipedia
Después de realizar cálculos y experimentos, el científico llegó a la conclusión de que las aeronaves construidas de metal no sólo responderían a las exigencias futuras de confort y seguridad, sino que también serían más rentables.
Prosiguiendo sus trabajos en esta dirección, Tsiolkovski desarrolló un proyecto que anticipó en varias décadas la aparición de los aviones. Se trataba de un aeroplano completamente metálico con una gruesa ala curvada (aerodinámico) a la que llamó ‘máquina voladora con forma de pájaro’.
Vuelos a reacción
La idea que más tarde haría célebre el nombre del científico en el mundo entero no tiene que ver con los vuelos en la Tierra sino en el espacio. En su ensayo Espacio libre, de 1883, que está escrito en forma de diario, Tsiolkovski utilizó como narrador a un hombre que se encuentra en el espacio, libre de las fuerzas de resistencia y de gravedad.
Una de las ideas de Tsiolkovski encontró su aplicación en el desarrollo de armas avanzadas. Se trata del uso de rampa (puente) para el lanzamiento de cohetes. No sirvió para las naves espaciales, pero hoy en día se utiliza en sistemas de disparos múltiples como, por ejemplo, en Katiusha, Grad (BM-21) y Smerch (BM-30).
Fue precisamente en este trabajo en el que, por primera vez, se concluyó que el principio de reacción es el único modo posible de desplazamiento en el espacio sideral. En una obra posterior, Exploración del espacio interplanetario mediante ingenios a reacción, fundamentó esa conclusión con las simples leyes de la mecánica. Así, Tsiolkovski demostró la necesidad de emplear motores cohete como el único medio de volar en el espacio.
Trenes de cohetes espaciales
Tsiolkovski creó el término ‘tren de cohete’ para su diseño de cohete espacial, incorporando el concepto de múltiples etapas, esto es, cohetes compuestos que iniciarían su movimiento por tierra para después emprender el vuelo y partir rumbo al espacio sideral. Después de consumir el combustible, cada uno de los cohetes debía desengancharse y ser lanzado de vuelta a la tierra. La longitud de cada uno de ellos, según los cálculos del científico, debía ser de 30 metros y el diámetro, de 3 metros.
La creación de este tren, tal como lo concebía Tsiolkovski, no sólo debía acercar el sueño del hombre de visitar el cosmos sino también de inaugurar la era de las comunicaciones interplanetarias.
Ascensor espacial
Los cohetes no eran para Tsiolkovski la única manera de traspasar los confines de la Tierra. El científico fue el primero en promover la idea de utilizar una construcción que permitiese transportar cargas al espacio sin utilizar lanzamientos de cohete. Teóricamente, esa estructura debería usar un cable tendido desde la nave espacial hasta la superficie del planeta.
Si en un futuro fuera posible utilizarlo, ese método permitiría ahorrar una gran cantidad de dinero, así como resolver los problemas de los daños ambientales que provoca el lanzamiento de cohetes.
El hombre en el espacio
Tsiolkovski era un defensor a ultranza de la conquista del espacio por parte del hombre. La idea del viaje espacial en su concepción del futuro estaba inseparablemente vinculada a la teoría de la evolución de la humanidad, que, habiendo alcanzado cierto grado de armonía en la Tierra, comenzaría a explorar otros planetas, dando origen a seres más avanzados.
El científico concedió una atención especial a los problemas biomédicos durante los largos vuelos interplanetarios. Fue el primero en proponer el uso de trajes espaciales que protegieran al ser humano de los efectos de factores externos y diseñó un prototipo de escafandra.
En la novela de ciencia ficción Vnie zemli (Fuera de la tierra), Tsiolkovski desarrolló la idea de las colonias espaciales, sugiriendo un proyecto de construcción rotatoria para crear gravitación artificial. En ellas, según el científico, se podrían instalar centros de producción industrial y agrícola. Actualmente, esta idea se ha concretado en un proyecto de colonias espaciales desarrollado por científicos de la Universidad de Stanford.
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