Los rusos celebran el Año Nuevo durante unos diez días, que son festivos oficiales. Las celebraciones comienzan el 31 de diciembre y duran varios días, mientras que el resto de las vacaciones las pasan recuperándose de las celebraciones.
El 14 de enero, los rusos vuelven a celebrar el Año Nuevo, aunque de manera más tranquila y, generalmente, solo con la familia. Este día comienza el año según el antiguo calendario juliano, que se utilizó hasta que los bolcheviques introdujeron el calendario gregoriano en 1918.
En lugar de emoticonos, los rusos usan paréntesis. Algunos creen que algo como “)” simplemente ocupa menos espacio que “:)”. Cuantos más paréntesis haya, más satisfecha estará una persona con algo “)))”. Además, actualmente se considera como “un punto final cortés” al final de un mensaje.
Uno de cada dos rusos está listo para pasar de una economía de mercado y con propiedad privada a una economía planificada, donde todo está controlado por el estado. Además, la mitad de los rusos admiran a Stalin (mientras que la otra mitad lo considera un criminal).
A los rusos les encantan el sushi y los rollitos, quizá más que a los propios japoneses. En cada ciudad rusa, verás un restaurante de sushi prácticamente en cualquier esquina.
Entre los siglos XV y XX, los rusos pasaron 489 años en guerra. El mayor número de guerras –12– han sido con Turquía.
La balalaika se prohibió en una ocasión. La Iglesia consideró “diabólico” y “pecaminoso” el instrumento porque permitía al músico “burlarse de las autoridades”. Hasta mediados del siglo XIX que no fue aceptada de nuevo.
Los rusos no llevan a sus padres a una residencia de ancianos porque lo consideran una traición. Además, no esperan que sus hijos se vayan de casa cuando cumplan 18 años. En cambio, todos viven juntos, incluso si es un pequeño estudio.
Los rusos no tienen una forma educada especial para dirigirse a los extraños. Cuando se dirigen a una mujer, pueden decir simplemente: “mujer”, y lo mismo ocurre con los hombres.
Según una norma no escrita, cuando un ruso tiene una celebración (cumpleaños, compromiso, etc.), se espera que lleve algo de comer y beber al trabajo para compartirlo con sus colegas. Cuando es el cumpleaños del jefe, el personal suele organizarse para comprar un regalo.
Los rusos no son los mayores bebedores del mundo (según datos de la OMS de 2018, el mayor consumo de alcohol per cápita se registró en Moldavia, mientras que Rusia ocupó el décimo lugar). Además, a muchos les molesta cuando les dicen algo como: “¡Vamos, toma otra copa, al fin y al cabo, eres ruso”. Es posible que respondan con algo tipo: “¿Acaso tenemos que ser todos alcohólicos?”.
Hace mucho que han dejado de ser comunistas. El Partido Comunista de la Federación Rusa tiene unos 160.000 miembros en todo el país. Nadie en Rusia se dirigiría en serio a otro llamándolo továrishch (camarada).
Un hombre ruso prototípico no se llama Iván, como suele creerse, sino que lo más probable es que se llame Alexánder. Tiene esposa, dos hijos y un gato y le encanta el presidente Putin. Además, simpatiza más con Bielorrusia y China que con la UE y Ucrania.
A pesar de tener una reputación mundial por su belleza, más del 95% de las mujeres rusas se consideran poco atractivas.
La bebida alcohólica más popular en Rusia es la cerveza. La eligen la mitad de los rusos. Le siguen el vino y los licores.
Los rusos comen más comida rápida que los estadounidenses. Al 72% de los norteamericanos les gustan las hamburguesas, las alitas de pollo y las patatas fritas, mientras que en Rusia esta cifra llega hasta el 85%. Además, toman muchas bebidas con gas y comen muchas patatas fritas.
A los rusos les encantan los grandes coches. Todavía sigue habiendo grandes atascos y las carreteras no se han ampliado, pero aún así, casi la mitad de todos los vehículos en las carreteras rusas son SUV.
A los rusos no les gusta ir al médico. Tienden a autodiagnosticarse y a automedicarse hasta que comienzan a sentir síntomas graves. Para un ruso, las revisiones regulares son una locura.
Hay diez millones más mujeres que hombres. Esta amplia brecha se produjo después de la Segunda Guerra Mundial, en la que Rusia perdió alrededor de 26.600.000 personas.
Los rusos están convencidos de que la educación superior es una necesidad para todos los adultos. Es incluso más importante que un trabajo o que tener su propia casa. Para aquellos que no consiguieron acceder a la universidad, también cuenta la formación profesional.
Los rusos llevan su anillo de bodas en la mano derecha. La tradición llegó al país desde Roma, a través de Bizancio, cuando los antiguos eslavos adoptaron el cristianismo en los siglos XI-XIII.
Todos los rusos saben que pueden comprar comida o flores e ir al gimnasio a cualquier hora del día o de la noche, incluso a las cuatro de la mañana, en caso de que lo necesiten. En efecto, todos estos lugares están abiertos las 24 horas y hay muchos clientes incluso por la noche.
A los rusos les encanta tomar té con azúcar. Mucho azúcar. A veces, agregan una rodaja de limón.
Cuando en una encuesta se les pregunta a los rusos de qué están más orgullosos, durante los últimos 20 años la respuesta más popular ha sido la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
Los rusos no confían en las cosas baratas. Consideran que todas las cosas baratas se producen en China, e incluso, que todas las que se producen en China son de mala calidad.
Aquí te contamos 20 características del carácter de los rusos.
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