Una vez paracaidista; se es siempre paracaidista. Esto se cree entre las fuerzas aerotransportadas rusas.
Formar parte de ellas se considera un gran privilegio en Rusia y es una cuestión de orgullo para el resto de la vida.
La gente a veces se siente obligada, pero honrada, a seguir los pasos de sus padres y unirse a las mismas unidades militares.
Los que se atreven son los primeros en unirse a la zona de guerra y llevar a cabo operaciones muy por detrás de las líneas enemigas.
Esa es la razón principal por la que los paracaidistas en Rusia pasan por el entrenamiento militar más duro.
También se convierten en las primeras unidades de combate que reciben el equipamiento más moderno del país.
En concreto, de aquí a 2025 el Ministerio de Defensa ruso gastará unos 70.000 millones de dólares en sus fuerzas de infantería y aerotransportadas. Este dinero proporcionará a la “infantería volante” el equipamiento necesario durante años.
Las armas incluyen sistemas de artillería aérea de nueva generación y equipo de batalla de alta tecnología Ratnik-2.
Cada 2 de agosto los paracaidistas rusos y de la CEI dejan de lado los temas militares y se reúnen para celebrar su fiesta y conmemorar a los que dieron todo por la patria.
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