La música basada en el ritmo es común para muchos pueblos: algunos usan sus manos, otros - platos, palos o tambores. Para los eslavos, las cucharas de madera se convirtieron en uno de los instrumentos tradicionales de percusión y se utilizaban tanto para el entretenimiento como en los rituales o en la caza, donde se necesitaba ritmo y tiempo.
No se sabe exactamente cuando los eslavos comenzaron a usar cucharas como instrumento musical, pero las primeras menciones de campesinos tocando cucharas aparecieron en el siglo XVIII. Al principio se usaban las mismas cucharas que para la comida, aunque después de algún tiempo comenzaron a hacer instrumentos musicales y así es como se diferencian de los cubiertos de cocina ordinarios.
En el siglo XIX los campesinos rusos recibieron un nuevo instrumento, el acordeón, y junto con él, surgieron populares conjuntos folclóricos. Entonces resultó que las cucharas eran muy adecuadas para este tipo de actuaciones. Uno podía tocar grandes solos con el acompañamiento del acordeón y las rápidas manipulaciones de las manos le daban un toque atractivo a la actuación teatral.
En 1908, en San Petersburgo, el Periódico Musical Ruso publicó la primera investigación científica sobre cucharas en el arte popular. Detallaba los métodos populares en aquella época.
Tradicionalmente las cucharas musicales deben ser de madera y a veces decoradas con campanas. Normalmente se tocan tres cucharas: dos se aprietan entre los dedos de una mano y la tercera se toma en la otra mano y se golpea en ellas, como en un yunque. Se produce un golpe “deslizante” en las cucharas, lo que produce el sonido musical.
Otro nivel, más difícil: tres cucharas en una mano, la cuarta (percusora) en la otra y hasta una quinta. A veces, el que toca tiene varias cucharas de diferentes tamaños entre las piernas, que hacen diferentes sonidos.
Hasta hace poco no había grabaciones de gente tocando las cucharas, mientras que los lozhkari (músicos que tocan la cuchara) eran simplemente miembros de las bandas folclóricas rusas.
Anteriormente las melodías dependían solo de la imaginación y el virtuosismo del intérprete y estas habilidades se transmitían de generación en generación.
Tocar cucharas desarrolla la motricidad fina, el oído para la música y el sentido del ritmo, por lo que estos instrumentos se enseñan a menudo a los niños en los jardines de infancia y en las escuelas. Se dice que incluso el expresidente de Rusia Boris Yeltsin era un maestro tocando la cuchara.
A día de hoy, además de los grupos de folklore, hay conjuntos de lozhkari. Usan cucharas decoradas en estilos artesanales tradicionales y a menudo usan sillas especiales en las que se sientan y golpean al ritmo. Algunos intérpretes también utilizan cucharas de metal y plástico de diversas formas.
Y no sólo tocan melodías folclóricas, sino también cosas más contemporáneas.
Así también.
Por cierto, los pueblos eslavos extraían los sonidos no solo de las cucharas, sino en general de varios utensilios domésticos. La música se tocaba en sartenes, ollas, y hasta sierras.
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