“Mi hermana rompió un viejo adorno para el árbol de Año Nuevo que le era muy querido. Así que vine aquí con la esperanza de encontrar un reemplazo exacto y hacerla feliz para el Año Nuevo”, dice Andréi (nombre ficticio), mirando las cajas llenas de cientos de decoraciones soviéticas para el árbol de Navidad.
A dos pasos se encuentra una vieja pistola cronofotográfica, y al lado hay innumerables hileras de cristales soviéticos, todo ello bajo una bandera con la hoz y el martillo que cuelga del techo.
Andréi está en Úlitsa Lenina (Calle Lenin), los mayores grandes almacenes vintage de Rusia. Con una superficie de más de 1.500 metros cuadrados, aquí se venden artículos domésticos soviéticos de todo tipo: periódicos, vajillas e insignias hasta pesadas lámparas de araña, muebles y grabadoras.
El proyecto ha sido ideado por el comprador de artículos de época Mijaíl Matvéiev, según declaró a Russia Beyond el director artístico de la tienda, Kirill Glebovich.
Matvéiev empezó comprando y vendiendo cosas en un pequeño garaje, luego el proyecto creció hasta convertirse en su propia pequeña tienda, y después en unos grandes almacenes en el noreste de Moscú.
“El proyecto nació del amor por la historia y todo lo antiguo. Nuestros visitantes son personas apasionadas por el coleccionismo y que saben mucho de diseño, y en general nostálgicos de su juventud soviética. Muchos objetos evocan recuerdos de familiares y amigos”, explica Glebovich.
Los empleados de la tienda compran cosas de toda Rusia. Recorren las estanterías de las pequeñas tiendas de provincias y rebuscan en los anuncios de venta de cosas antiguas.
Además de vender, la tienda suele alquilar atrezzo y objetos a estudios de cine, museos y teatros, entre ellos el Teatro Maiakovski de Moscú y el apartamento museo dedicado al poeta.
Junto a los artículos que tenían la mayoría de las familias soviéticas, se pueden ver algunas piezas realmente raras y… caras.
Por ejemplo, un conjunto de insignias conmemorativas y una medalla del “60º aniversario del Komsomol leninista” con cuaderno (a la venta por 10.000 rublos (136 dólares)).
Una muñeca de tela prensada de los años 1920-30 con un botón chillón en el cuerpo (15.000 rublos (205 dólares).
Una araña de cristal por 45.000 rublos (614 dólares).
Una vitrina antigua que cuesta 110.000 rublos (1.502 dólares).
Una lámpara antigua de 59.000 rublos (806 dólares).
Un traje de Arlequín hecho a mano por 16.000 rublos (218 dólares).
Glebovich se queja de que Rusia no tiene un museo completo sobre la vida en la URSS. La tienda Úlitsa Lenina y otros proyectos similares están ahí para llenar este vacío.
“Nuestra misión es educativa. A menudo explicamos que no se trata de 'chatarra' o 'cosas viejas', sino de artículos domésticos interesantes y artefactos históricos que deben conservarse”, resume Glebovich.
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