Los gatos tailandeses son una raza muy conocida y extendida por todo el mundo. Se distinguen por el color contrastado de sus patas y hocico, sus brillantes ojos azules y su afecto "perruno". ¿Ha visto alguna vez gatos tailandeses de cola corta? Los bobtail del Mekong también son una raza autóctona del sudeste asiático, que debe su nombre al río Mekong. Pero, ¿por qué se considera rusa?
Antiguamente, muchos de los gatos de Siam (como se llamaba Tailandia hasta 1932) tenían la cola ligeramente curvada. Esta peculiaridad la explican medio en broma los felinólogos con la leyenda sobre princesas que durante el baño colgaban sus brazaletes en las colas de los gatos, y éstos se doblaban bajo el peso del metal. Según otra versión, a los gatos tailandeses les gustaba cazar peces, y la larga cola, al interferir con esta actividad, se les cayó en el proceso de evolución. Sea como fuere, las "curvas" de la cola son una característica genética de los gatos del sudeste asiático. Algunos tenían la cola más corta, otros más larga.
Durante mucho tiempo, Siam no permitió que sus gatos se exportaran fuera del país, por considerarlos de su propiedad. Sólo podían tenerse en palacios o templos budistas. Además de sus inusuales colas, estos gatos tenían un exótico color de punta.
En Rusia, estos gatos fueron descritos por primera vez por el zoólogo prusiano Peter Pallas (el mismo que descubrió las manules). Los vio durante un viaje por la provincia de Penza, en el pueblo de Insar, y en su libro sobre sus viajes por las provincias del sur de Rusia a finales del siglo XVIII los comparó con los visones. "La nariz está cubierta con una máscara negra, que también rodea los ojos y termina en forma de triángulo puntiagudo en la frente. Las orejas, las patas y la cola son de color muy oscuro. La estructura del pelaje es más agradable que la del gato común y se asemeja al pelaje liso y brillante de un visón".
Solamente podemos especular cómo apareció exactamente en el campo ruso. Quizá fue con las caravanas comerciales desde Asia o de otra manera. Sin embargo, en ese período en Rusia comenzaron a aparecer también otros gatos de punto de color. Hoy, por ejemplo, se conoce el neva masquerado, una subespecie del gato siberiano.
Europa occidental conoció a estos gatos casi un siglo después. En 1870, el rey de Siam regaló dos gatos a un empleado de la embajada británica. En Gran Bretaña nació la felinología, y estos gatos participaron en las primeras exposiciones de Londres. A principios del siglo XX sus descendientes llegaron a EE UU. En el proceso de selección, nació una raza de gatos siameses, con cara en forma de cuña, así como gatos tailandeses de cara redonda. Las colas pasaron a ser rectas, ya que los criadores consideraban feas las curvas.
El emperador Nicolás II (segundo por la derecha), el gran duque Mijaíl Alexándrovich (primero por la izquierda) durante el encuentro con el rey siamés (segundo por la izquierda) en Tsárskoye Selo 1897.
SputnikMientras tanto, los gatos tailandeses antiguos fueron llevados a Rusia. En 1897, el rey Rama V de Siam visitó el Imperio ruso. En aquella época, Siam se enfrentaba a la amenaza de colonización por parte de Francia y buscaba aliados. Nicolás II puso a disposición de Rama V una unidad de la guardia para vigilar el palacio real. Y el rey siamés, entre otros regalos, obsequió al emperador ruso con 200 gatos de palacio de diversas especies. Así llegaron a las casas de los nobles de Rusia, estos gatos dieron descendencia y empezaron a mezclarse con otros.
En la URSS, la cría profesional de gatos no comenzó hasta finales de los años 80, pero había interés por estudiar las razas, tanto rusas como extranjeras. Como escribe una de las fundadoras de la felinología en Rusia, Olga Mirónova, "en Leningrado empezaron a hablar de gatos de raza sólo después de la aparición de los "gatos siameses". Compré mi primer gato siamés en el mercado Kondrátievski en 1960, lo compré por mucho dinero, después de haber gastado todo mi sueldo como enfermera de operaciones en algo de ojos azules, blanco lechoso, con la nariz, orejas, patas de color marrón oscuro y con la cola retorcida en espiral. Resultó ser un huracán envuelto en pelo de gato. Ahora se llamaría bobtail tailandés, pero entonces no se trataba de esas sutilezas".
Varios de estos gatos fueron llevados a Moscú en los años 60 por Serguéi Obraztsov, fundador del Teatro de Marionetas de Animales, cuando estaba de gira por Europa. Otros famosos también los trajeron de Asia.
Poco a poco, los gatos tailandeses extranjeros empezaron a mezclarse con los gatos tailandeses soviéticos, y cuando empezaron a tratar a fondo las cuestiones de la cría, resultó que en Rusia se ha conservado una rama tan asombrosa del gato tailandés. Para reconocer oficialmente la existencia de la raza, es necesario reunir un mínimo de 30 animales. En la selección participaron los mismos gatos de cola corta de los países del sudeste asiático.
La raza se registró en la Federación Felina Mundial (WCF) en 2004. Al principio se les llamó bobtail tailandés y después bobtail de Mekong, en honor al gran río asiático. De este modo se enfatizaba su diferencia con otros gatos tailandeses y siameses.
Esta raza fue descrita oficialmente por felinólogos rusos y reconocida como raza rusa en 2004. Para reconocer la raza fue necesario reclutar un mínimo de 30 animales.
Los bobtails modernos tienen varios tonos de color y se distinguen por sus brillantes ojos azules.
Los bobtails de Mekong se dan cuenta de que son de sangre noble, son independientes y elegantes. Pero no sólo adoran a su gente, sino que intentan estar cerca de ellos todo el tiempo. A diferencia de muchas otras razas, están apegados a la persona, no al lugar de residencia. Debido a su corta cola, tienen fuertes patas traseras y pueden trepar fácilmente alfombras, cortinas y, en general, saltar verticalmente.
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