Estación de metro Kírovskaia
Mijaíl Grachiov / MAMM / MDF / russiainphoto.ruInmediatamente después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, a Stalin se le asignó un gabinete de trabajo situado a unos 35 metros por debajo de la estación de metro Kírovskaia (actual Chístie Prudí). Además del gabinete de Stalin, allí se encontraba el cuartel general de la Defensa Aérea.
Los trenes no se detenían en la estación. El andén estaba vallado con un alto muro que separaba el despacho del Comandante Supremo en Jefe y el centro de comunicaciones situado en su interior. Stalin entraba en el búnker pasando por un túnel secreto, que conducía al puesto de mando del cuartel general de la Defensa Aérea.
Esta dacha de Stalin fue construida en Moscú en 1934, en la zona cercana al actual Parque de la Victoria. En ella vivió el dictador durante las dos últimas décadas de su vida hasta su muerte el 5 de marzo de 1953.
Inicialmente, la dacha no estaba dotada de ninguna instalación subterránea. Hasta marzo de 1942 no se construyó un nuevo búnker a 15 metros bajo tierra.
El búnker era comparativamente grande. Se utilizaron varias capas de rieles de hierro para reforzar la estructura. Se construyeron dos pasillos separados en el búnker, para que Stalin no se cruzara con el personal de servicio que trabajaba bajo tierra. En el interior, las paredes del gabinete de Stalin y otras dependencias estaban decoradas con paneles de madera.
Había un despacho con una mesa ovalada de roble para las reuniones del Consejo de Defensa. El búnker también tenía un pequeño dormitorio, que estaba equipado con una cama y una mesita de noche.
Según algunos rumores, el conectaba con el Kremlin a través de un túnel secreto y del sistema Metro-2 (para más información, ve la parte inferior de este artículo).
La construcción del búnker en Izmaílovo se ocultó como la construcción de un estadio central con varias instalaciones deportivas. Sin embargo, junto al estadio se estaba construyendo una instalación subterránea secreta, supuestamente para Stalin y los dirigentes del ejército soviético.
Cuando se terminó la construcción del búnker en 1939, se suspendió la construcción del estadio. La estructura subterránea contaba con una oficina, una sala de conferencias y una cantina.
Las instalaciones subterráneas se abrieron a los turistas tras su reconstrucción en 1996. A los visitantes se les presentan varios artefactos de la época de Stalin. Sin embargo, algunos expertos cuestionan su autenticidad, así como el hecho de que la instalación subterránea haya sido alguna vez un búnker para Stalin.
Desfile militar en el Kremlin, 1940
Vladislav Mikosha / MAMM / MDF /russiainphoto.ruHay poca información sobre el búnker de Stalin en el Kremlin. Según algunas fuentes, la construcción comenzó a principios de la Segunda Guerra Mundial, pero no se terminó hasta mediados de 1942, cuando los alemanes fueron expulsados y ya no pudieron bombardear Moscú.
Según los relatos de los contemporáneos, este lugar era más bien un sótano reconvertido en refugio antiaéreo, en lugar de un búnker propiamente dicho que pudiera proporcionar una protección adecuada durante los bombardeos aéreos.
El almirante Iván Isakov, que visitó la oficina subterránea de Stalin en el invierno de 1941, señaló que el interior era similar al de la oficina de Stalin: "Los mismos altos paneles de roble, la misma mesa, los mismos retratos de Lenin y Marx en la pared e incluso las cortinas eran las mismas, cubriendo las inexistentes ventanas".
A día de hoy, esta instalación ya no existe.
Cuando las tropas nazis se acercaron a Moscú en los primeros días de la Segunda Guerra Mundial, los dirigentes soviéticos decidieron evacuar la capital y trasladarla a la ciudad de Kúibishev (actual Samara).
Si se iba a evacuar a Stalin, se necesitaba un búnker y había que construirlo rápidamente. El Comisario del Pueblo para los Ferrocarriles, Lazar Kagánovich, ordenó el inicio de la construcción que, según el plan, debía estar terminada en tres meses. La orden especificaba que el nuevo búnker debía proteger a los habitantes de las bombas y el gas, tener una profundidad mínima de 25 metros y un espacio mínimo de 200 metros cuadrados.
Unas 4.000 personas, entre ingenieros y técnicos, llegaron a Kúibishev desde Moscú para los trabajos de construcción, junto con equipos especiales.
Finalmente, los trabajadores construyeron un búnker que tenía cuatro salas de trabajo, una sala de conferencias y una sala de recreo. El punto más profundo de la estructura subterránea se encontraba a más de 30 metros bajo tierra. Allí se encontraban el gabinete de Stalin y la sala de conferencias.
Otras habitaciones estaban situadas más cerca de la superficie dentro de un pozo vertical de 7,5 metros de diámetro. El pozo estaba dividido en 9 plantas, de las cuales 5 estaban ocupadas por instalaciones de servicio - cámara de filtrado y ventilación, una sala de control, una sala de acumuladores, etc.
A pesar de todos los esfuerzos realizados en la construcción, Stalin nunca salió de Moscú hacia Samara, ya que la defensa soviética resistió el ataque inicial del enemigo.
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