¿Por qué Stalingrado y la ciudad inglesa de Coventry se convirtieron en ciudades hermanas?

Emmanuil Evzerijin/МАММ/МDF/russiainphoto.ru; Keystone/Getty Images
Hoy en día, hay miles de ciudades hermanas en el mundo. Pero fueron Stalingrado y Coventry las que iniciaron esta tradición.

En 1944, la ciudad soviética de Stalingrado y la británica de Coventry se convirtieron en las primeras ciudades hermanadas del mundo. Aunque situadas en distintos extremos de Europa, estas ciudades estaban unidas por un terrible destino común: durante la Segunda Guerra Mundial, fueron destruidas casi en su totalidad.

Coventry fue la primera en sufrirlo. Este gran centro industrial albergaba numerosas industrias aeronáuticas, lo que la convirtió en objetivo prioritario de la Luftwaffe.

Las ruinas de Earl Street en Coventry.

Durante la noche del 14 al 15 de noviembre de 1940, 437 aviones alemanes bombardearon Coventry, destruyendo tres cuartas partes de la ciudad: más de cuatro mil casas, la mayoría de las plantas industriales, así como la famosa catedral de San Miguel. Quinientas cincuenta y cuatro personas murieron y otras 865 resultaron heridas.

Stalingrado recogió el “testigo de la muerte” en agosto de 1942. Fue entonces cuando terminaron las incursiones regulares alemanas sobre Coventry, pero la ciudad del Volga acababa de empezar.

Hertford Street en Coventry tras los bombardeos alemanes.

El 23 de agosto, cuatrocientos aviones de la 4ª Flota Aérea germana convirtieron la vida de los habitantes de Stalingrado en un auténtico infierno. Pesadas bombas de alto poder explosivo cayeron sobre la ciudad, destruyendo casas, seguidas de bombardeos de artillería. El torbellino de fuego resultante redujo a cenizas el centro de la ciudad.

“Pasamos por muchas cosas durante la guerra, pero lo que vimos el 23 de agosto en Stalingrado nos pareció un de las más horribles pesadillas”, recordaría el mariscal Andréi Eremenko: “Continuamente se elevaban, aquí y allá, nubes de humo y fuego, estallaban las bombas. Enormes columnas de llamas subían al cielo desde la zona de los depósitos de petróleo y hacían descender un mar de fuego y humo amargo y acre. Corrientes de petróleo y gasolina ardiendo se dirigían hacia el Volga, la propia superficie del río estaba en llamas, los barcos de vapor ardían, el asfalto de las carreteras y las aceras apestaba por el calor, y los postes de telégrafo ardían al instante como cerillas... Había un abrumador muro de ruido, una infernal desarmonía de sonidos. El aullido de las bombas que caían desde lo alto se mezclaba con el estruendo de las explosiones, el estrépito de los edificios que se derrumbaban y el crepitar del fuego voraz. En este caos de sonidos destacaban claramente los gemidos y maldiciones de los moribundos, los gritos y llamadas de auxilio de los niños y los sollozos de las mujeres”. 

Gente paseando por las ruinas de la catedral de Coventry.

Más de 40.000 personas murieron en Stalingrado aquel día. Lo que la aviación no pudo destruir, cayó en los encarnizados combates que siguieron en las calles de la ciudad.

Hermanas en la miseria

Las mujeres de Coventry apoyaron a Stalingrado desde el principio de la enorme batalla. Por ejemplo, en un mensaje destinado a los habitantes de la ciudad del Volga decían: “Desde esta ciudad marcada y asolada por el archienemigo de la civilización, nuestros corazones están con vosotros, que ahora os enfrentáis a matanzas y sufrimientos aún más temibles”. 

Stalingrado tras un bombardeo alemán.

La tragedia de agosto conmocionó a los habitantes de Coventry, que una vez tuvieron que soportar una pesadilla similar. En 1943, la alcaldesa Emily Smith y otros ochocientos residentes bordaron sus nombres en un gran mantel y lo enviaron como regalo a Stalingrado. En el mismo mantel, también bordaron las siguientes palabras: “Una pequeña ayuda es mejor que una gran simpatía”.

En respuesta, la URSS envió a Gran Bretaña un álbum especialmente diseñado y firmado por 36.000 residentes de la ciudad. Al año siguiente, las dos ciudades sellaron oficialmente los “lazos de amistad”, convirtiéndose en las primeras ciudades hermanas de la historia.

Tropas soviéticas en el centro de Stalingrado tras la liberación.

Durante las décadas siguientes, Coventry y Volgogrado (Stalingrado pasó a llamarse así en 1961) establecieron una cooperación bilateral, intercambiaron visitas de funcionarios y organizaron programas culturales. Incluso durante los periodos más difíciles de la Guerra Fría, esta amistad no cesó.

Sin embargo, en marzo de 2022, tras el inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, Coventry suspendió sus lazos con Volgogrado.

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