Félix Dadáiev, de Daguestán, se convirtió en el doble oficial de Stalin a los 24 años. Antes de la Gran Guerra Patria, este campesino normal y corriente era bailarín en una compañía de canto y danza, y cuando empezó estaba en una brigada de conciertos en el frente. La fama de su parecido con Stalin llegó rápidamente a los generales. Pero no se sabe si los servicios especiales se habrían interesado por él de no ser por una circunstancia.
Dadáiev fue gravemente herido y dado por muerto; su familia ya había recibido una carta fúnebre. Tal "desaparición" estaba en manos de los chekistas. En 1943 fue enviado en un vuelo especial secreto a Moscú, donde se le instaló en una casa de campo y se le explicaron sus nuevas tareas.
Para parecerse más a Stalin, Dadáiev engordó 11 kg, se amarilleó los dientes (Stalin fumaba, mientras que Dadáiev no) y durante varios meses fue entrenado para copiar a Stalin utilizando noticiarios bajo la supervisión del NKVD. Sin embargo, había una discrepancia importante: la edad. Había una diferencia de casi 40 años. Por eso Dadáiev aprendió a hacerse "marcas de viruela" en la cara, como Stalin, y siempre iba disfrazado.
Al principio le encomendaron tareas sencillas: aparecer en el lugar correcto y subir al coche adecuado. Luego se le encomendaron visitas oficiales, reuniones con delegaciones extranjeras, filmar noticiarios, asistir a desfiles en la Plaza Roja e incluso leer reportajes en la radio.
Y ninguno de los testigos sospechó nunca nada. Sólo un círculo muy reducido sabía lo del suplente. Dadáiev había firmado un compromiso de no divulgación; su familia seguía pensando que estaba muerto.
Felix Dadáiev
Alexander Natruskin / SputnikTras la muerte de Stalin desapareció la necesidad del doble y Dadáiev siguió dedicándose a la actuación y... al humor, viajando por todo el país con un programa de conciertos. La información sobre su trabajo secreto estuvo clasificada hasta 1996. Por cierto, está vivo. El 2 de marzo cumplió 100 años.
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