‘¡Banzai, Gagarin!’ Cuando el primer hombre en viajar al espacio visitó Japón (Videos)

Pável Barashev/Sputnik
Yuri Gagarin pasó sólo 108 minutos en el espacio exterior, pero fue una hazaña histórica que entusiasmó a la Unión Soviética y al resto del mundo. En mayo de 1962, el cosmonauta visitó Japón y fue recibido calurosamente en ciudades como Tokio, Osaka, Kioto y Sapporo.

En mayo de 1962, por invitación de la sociedad “Japón – URSS”, Yuri Alexéievich Gagarin realizó una visita amistosa al País del Sol Naciente. En un avión IL-18, aterrizó el 21 de mayo en el aeródromo Haneda de Tokio. El primer cosmonauta del planeta, con su esposa, fue recibido por miles de personas que corearon: “¡Banzai, Gagarin!”, deseándole tradicionalmente longevidad.

La semana de estancia de Yuri Gagarin en Japón, publica Dzen.ru estuvo repleta de actividades, desde visitas turísticas hasta encuentros personales.

El pueblo japonés dio al cosmonauta la bienvenida más cálida y hospitalaria. La gente se agolpaba en las calles honrando alegremente a Yuri Gagarin, cantaban canciones rusas y japonesas, ondeaban banderas y carteles. Para la llegada del primer cosmonauta se escribió una canción “¡Bien, bien, Gagarin!”, que se tradujo al ruso y se convirtió en una especie de himno al cosmonauta soviético.

Yuri Gagarin visitó las ciudades de Tokio, Osaka, Kioto, Nagoya, Titose y Sapporo, se familiarizó con la vida y la cultura del pueblo japonés. El astronauta visitó el Palacio Imperial, visitó el edificio del Parlamento japonés, recorrió las salas de reuniones de las cámaras baja y alta, y también participó en un desayuno con observancia del antiguo ritual tradicional.

Gagarin además obsequiado con memorables regalos. Entre ellos, una guirnalda de las llamadas “grullas de la paz”, floresenviada por los niños de Hiroshima, así como un kimono blanco con lemas de la lucha por el desarme y una diadema con la inscripción “Por la paz”.

Durante este viaje, cuentan en Gagarin Gazeta Yuri Gagarin podía salir con facilidad y naturalidad de las situaciones más delicadas. En una de las ruedas de prensa le hicieron una pregunta:

“- Sr. Gagarin, usted compró muñecas japonesas hoy. ¿Es que no puede el gobierno soviético proporcionar buenos juguetes a los hijos del primer cosmonauta del mundo?”

- Verá, - dijo Gagarin con tristeza, - mañana todos los periódicos escribirán sobre ello, y yo quería dar una sorpresa a mis hijas.”

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