Un día de 1949, Iván Protopópov, un habitante de la aldea de Kostionki, en la región de Vorónezh (500 km al sur de Moscú), comenzó a cavar en su jardín. Debió de sorprenderse mucho cuando su pala golpeó contra un enorme hueso blanco. Poco después encontró un montón de ellos.
Protopópov llamó al arqueólogo local, Alexánder Rogachiov, y las excavaciones posteriores mostraron que el aldeano había estado viviendo sobre una casa de la Edad de Piedra, construida con huesos de mamut. Investigaciones demostraron que la zona está llena de rastros y artefactos de actividad humana del Paleolítico Superior (hace 40.000 - 10.000 años).
Unos 70 años después, en septiembre de 2018, hablamos con Irina Kotliarova, investigadora principal del Museo Arqueológico Estatal de Kostionki. Ante nosotros se abre un enorme foso, en el que se encuentran los restos de una gigantesca casa de huesos.
“El Gobierno soviético decidió construir el museo alrededor de este lugar”, explica Kotliarova. Al principio no era más que una pequeña casa de madera, hasta que se convirtió en lo que vemos ahora: un cubo de hormigón con el bajorrelieve de un mamut y una exposición de la casa de huesos de mamut, entre otras. Hay también un mamut artificial, llamado Stepán, así como lanzas de hueso y piedras y estatuillas de mujeres dedicadas a la fertilidad.
Kotliarova aclara que la exposición del museo no es el único lugar en el que se han hecho descubrimientos. Solamente en Kostionki y Borshchiovo (un pueblo cercano) hay unos 26 sitios en con rastros de civilizaciones de la Edad de Piedra. Las excavaciones continúan.
Hace un par de años, cuando la administración del museo intentó construir una sala de calderas en el patio trasero, encontraron otra casa hecha de huesos, que ahora está siendo investigada. Parece que Kostionki es una fuente inagotable de tesoros arqueológicos, “una meca para los arqueólogos”, explica Kotliarova.
Kostionki obtuvo reconocimiento internacional en 2007, cuando el arqueólogo estadounidense John Hoffecker, de la Universidad de Colorado, afirmó que “los yacimientos de Kostionki y Borshchiovo tienen los primeros vestigios conocidos del Paleolítico Superior en Europa Oriental”. En una entrevista para Rossíiskaia Gazeta, Hoffecker declaró: “¡Se han encontrado esqueletos de humanos modernos que vivieron hace casi 45.000 años!”.
Los estadounidenses dataron los artefactos usando un método termoluminiscente. Estos hallazgos demuestran que el “Homo sapiens vino aquí, al río Don, mucho antes que al resto de Europa”.
“Hay unos 800 huesos de mamuts aquí, restos de aproximadamente 36 animales”, explica Kotliarova sobre la exposición del museo. “Es poco probable que una tribu grande pueda matar a tantos mamuts. Creemos que estos cazadores trajeron restos de lugares lejanos”.
Los cazadores de mamíferos hacían sus hogares con huesos, cubriéndolos con pieles de reno. La entrada a la casa era tan pequeña que sólo se podía acceder a ella gateando. La gente vivía en las heladas temperaturas del permafrost.
El clima ha cambiado mucho en los últimos 45.000 años. Es casi imposible imaginar en la actualidad la región de Vorónezh cubierta de permafrost. Sin embargo, en aquella época los mamuts deambulaban por estas tierras y nuestros antepasados cazadores los seguían.
El arqueólogo Alexánder Rogachiov, que en la época soviética dedicó mucho tiempo y gran esfuerzo a estudiar Kostionki, declaró en una ocasión: “Las autoridades no entienden completamente la importancia de Kostionki. En el futuro, este pueblo será un centro cultural de la región de Vorónezh”.
Actualmente es cierto, pero solo hasta cierto punto. Kostionki está situado a 70 km al sur de Vorónezh, cuenta con un museo y pintorescas vistas pero resulta difícil llegar sin coche. Hay un autobús que sale de la estación todas las mañanas, pero no hay una ruta directa de regreso. Los visitantes tienen que ir a otro pueblo y trasladarse para volver a Vorónezh.
“Sólo si somos capaces de hacernos notar a nivel federal, seremos capaces de atraer la atención y la inversión hacia Kostionki”, dijo Irina Kotliarova. Por ahora, Kostionki es una meca para los arqueólogos, pero no para los turistas. Sin embargo, la investigadora cree que mientras haya entusiastas de la Edad de Piedra, Kostionki seguirá siendo un sitio importante.
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