En efecto, iniciada el pasado mes de marzo, la construcción finalizó en mayo y permitió realizar sin demora pruebas técnicas, durante las cuales la aeronave demostró una buena maniobrabilidad y una estabilidad de control satisfactoria. Por lo tanto, los diseñadores son optimistas y esperan que este proyecto esté terminado y que este vehículo aéreo esté en el mercado ya en 2020.
Cabe señalar que el taxi aéreo funcionará en base a tres principios fundamentales: propulsión eléctrica, aerodinámica y movilidad de las alas y despegue y aterrizaje vertical.
“La carrocería está hecha de materiales poliméricos, los ejes del vehículo están hechos de acero, y el suministro de energía es proporcionado por baterías de litio. El peso del prototipo es de unos 60 kg, mientras que su velocidad es de unos 200 km/h. El dispositivo se controla a distancia. El despegue inmediato, el mantenimiento en el aire y el movimiento de la aeronave se realizan gracias a cuatro “alas”, que son en realidad dos pares de hélices, fijadas a ejes móviles”, precisa Pável Kossiátov, director del departamento de producción de Kinétika, centro de ingeniería y desarrollo de prototipos de alta complejidad de la MISIS.
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