Piensa en Marte. Ese lejano, polvoriento y rojo planeta con cientos de miles de cráteres. Diseñar un traje espacial para este ambiente es una tarea desafiante y complicada. Un traje marciano necesita proporcionar y mantener una atmósfera respirable, regular la temperatura, suministrar agua y alimentos, y gestionar los residuos durante 12 horas. También debe contener tecnología para recopilar datos biomédicos, rastrear la ubicación, así como registrar datos de audio y vídeo según sean solicitados. Tal vez, por todo esto, no hay un traje espacial así en producción.
Pero Nikolái Moiséiev quiere cambiar eso. A este ingeniero ruso le gustan los desafíos y ya ha demostrado al mundo que si hay una persona destinada a marcar tendencias en la moda espacial, es él.
En 2009 Moiséiev y su socio Ted Southern ganaron los 100.000 del Astronaut Glove Challenge de la NASA, cuando sus guantes presurizados superaron la tecnología actual de la NASA en varias categorías clave.
Estos nuevos guantes son capaces de ser usados con sensores de tableta y tienen articulaciones únicas que nunca antes se habían usado en guantes de trajes espaciales. La articulación hecha a medida en el pulgar permite al usuario presionar este dedo contra el dedo índice para agarrar objetos pequeños.
Otra innovación era la articulación de los nudillos, que proporciona más movilidad con menos resistencia, por lo que el usuario consume menos oxígeno. Puede sonar a algo demasiado técnico, pero para la tecnología de los trajes espaciales esto supuso un gran paso en la dirección correcta.
“Tardé muchos días y noches en encontrar la solución”, recuerda Moiséiev. “Me sumergí completamente en el problema y seguí pensando en él todo el tiempo. ¡Incluso soñé con soluciones! Entraba en una especie de medio sueño, pero no me dormía completamente, ni tampoco estaba despierto. Algo más parecido a la meditación, repasando cientos de opciones...”.
Con el dinero del premio, Moiséiev y Southern abrieron la empresa Final Frontier Design en 2010 en Nueva York. Durante los ocho años siguientes la compañía ha tenido sus altibajos, pero ahora está más cerca que nunca de un diseño de trajes espaciales seguro, innovador y práctico para las misiones tripuladas en Marte.
Aparte de todas las características descritas anteriormente, el traje espacial marciano también debe ser lo suficientemente fuerte como para soportar pequeñas partículas de polvo, que podrían dañar el hardware. Para poder trabajar en la superficie de Marte, el traje debe ser flexible, razonablemente ligero, proteger de la radiación y ser capaz de soportar condiciones climáticas adversas. Lo ideal es que el traje también tenga un sistema de autolimpiado para eliminar bacterias y olores humanos. El traje espacial debe ser tan cómodo y tan fácil de usar como la ropa normal.
El equipo actual no cumple con estos estándares. Existe un traje espacial para la realización de la actividad extravehicular (EVA, por sus siglas en inglés), que se utiliza para “caminar” fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS). También está el traje espacial de la actividad intravehicular (IVA) de emergencia, que se usa dentro de la nave mientras se viaja hacia y desde la ISS. El EVA funciona como una nave espacial portátil, teniendo una masa de 114 kg. Afortunadamente, los astronautas no experimentan todo este peso en microgravedad. Los astronautas usan el traje IVA, que pesa entre 10 a 18 kg, dentro de la nave espacial, durante el lanzamiento y el reingreso. ¿Disfrutando de un agradable paseo por Marte con algo de esto puesto? ¡De ninguna manera!
Durante toda su vida profesional Moiséiev ha pensado en cómo mejorar los trajes espaciales. Durante 20 años trabajó en Zvezda, una empresa rusa líder en investigación y desarrollo, especializada en sistemas de soporte vital para vuelos a gran altitud. Es uno de los pocos ingenieros del mundo que ha trabajado en todos los diseños de trajes espaciales en servicio actualmente.
En 1988 Moiséiev fabricó unos guantes de traje espacial para paseos espaciales, que todavía se utilizan en el traje espacial Orlan hoy en día. Trabajó en un diseño de botas espaciales y ganó un concurso de la NASA en 2001 por el mejor diseño de botas espaciales para Marte. Las botas que diseñó eran cómodas y tan móviles como las zapatillas de deporte, a la vez que protegían como botas militares.
A pesar de crear tantas innovaciones e incluso de diseñar un prototipo de traje marciano mientras estuvo en Zvezda, sus planes para crear un traje espacial para Marte no fueron apoyados. La razón fue la inexistencia de una misión a Marte en el programa de Roscosmos (la Agencia Espacial Federal Rusa). Pero Moiséiev no abandonó su sueño y se mudó a Estados Unidos para trabajar en su propia empresa.
Ahora los diseños de Final Frontier Designs están obteniendo contratos de la NASA y puliendo su prototipo para mejorar el sofisticado equipo. ¡El cielo es el límite!
¿Sabías que la URSS diseñó un cohete para viajar a Marte en 1971? Pincha aquí para conocer esta increíble historia.
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