Erróneamente se piensa que los comandos de operaciones especiales se parecen a Sylvester Stallone en las películas de Rambo. No es exacto. “Alguien así no puede mezclarse con la multitud. Durante las largas marchas y las operaciones, necesitaría más comida y agua para alimentar sus músculos”, afirma nuestro entrevistado.
Un verdadero soldado de este cuerpo tiene que ser capaz de correr, arrastrarse y no comer ni dormir durante largos períodos. Normalmente miden alrededor de 1,70 m de altura, son delgados y capaces de disparar con rapidez y precisión.
“Claro, hay los tipos que son como gorilas con ametralladoras, similares a John Rambo. Pero estos combatientes normalmente se transportan a la escena de la acción. No van a hacer marchas de larga distancia”.
Otro error popular es pensar que todos los miembros de las fuerzas especiales son maestros de kung-fu.
“El combate cuerpo a cuerpo sólo es útil si dos idiotas se encuentran en un campo abierto sin una ametralladora o una pistola (incluso descargada), un cuchillo, una pala zapadora o una roca al alcance de la mano. Incluso con palos. Solo entonces lucharán mano a mano”.
De hecho, las habilidades de combate cuerpo a cuerpo sirven más para inculcar disciplina física y mental durante el entrenamiento. De este modo cuando las balas empiezan a silbar por encima, no se van corriendo.
Otro error común es creer que el personal de las fuerzas especiales lo sabe todo y puede hacer cualquier cosa. En realidad, no son superhombres.
Cada uno tiene su propia especialización y tareas. Algunos operan en zonas urbanas, otros en terrenos montañosos y forestales. Otros necesitan hablar idiomas extranjeros como si fueran su lengua materna o tienen que ser capaces de disparar a una ardilla en el ojo a una distancia de 1,5 km (si es una ardilla particularmente peligrosa). Cada uno tiene su propia habilidad.
“Mi especialidad eran las operaciones antiterroristas en bosques y montañas. Aterrizas en un helicóptero o te caes de un todoterreno, no importa. Y luego caminas un día o dos a pie hasta el área comprometida”, declaró nuestra fuente.
“Siempre te mueves de noche para que el enemigo no te vea. Por la tarde se duerme en gargantas u otros lugares ocultos. Siempre hay alguien haciendo guardia. Dormimos por turnos. Una vez que llegues al destino, tienes un par de días para completar la misión”.
“Mi unidad podría tener la tarea de despejar un área, realizar una observación a largo plazo, reunir información de inteligencia o llevar a cabo una redada. Hubo momentos en los que tuve que planear una emboscada y vigilar al enemigo durante un par de semanas en una colina o un sendero. También hubo operaciones en zonas urbanas, pero son menos comunes”, explicó el excomandante.
Los especialistas en urbanismo se forman por separado. El trabajo puede consistir en localizar al enemigo dentro de un edificio y luego despejar el área. A veces el enemigo tiene que ser atrapado en movimiento, como en una persecución policial.
Una tarea aparte es localizar y neutralizar a una persona en un entorno urbano. Esto requiere una observación encubierta.
Hay unidades que se especializan en misiones de primera línea. Su tarea principal es viajar a una fortaleza enemiga y destruir su personal. Una fuerza separada golpea primero por un lado, da un golpe rápido y luego se retira. La operación puede ser a pie o en vehículo, helicóptero o barco. La filosofía es siempre la misma: entrar y salir, rápido.
“A veces las fuerzas especiales tienen que ir más allá de la línea de frente para obtener información de inteligencia y coordenadas para un ataque contra la artillería o los aviones. Te introduces entre 3 y 5 km detrás de las líneas enemigas, estudias el objetivo, transmites la información al cuartel general y atacan. Tienes un poco de tiempo para retirarte de la zona”.
“Se puede ir desnudo a la batalla, siempre y cuando no olvides tu ametralladora”. Ahora en serio, hay cuatro cosas a tener en cuenta: un arma primaria, la de reserva, las comunicaciones y las medicinas. Son indispensables”, dice nuestro experto en operaciones especiales.
Todo se selecciona en función del alcance y de las tácticas: si se necesita un arma silenciosa, la distancia a la que se encuentra el enemigo cuando se realiza el disparo, si se trata de una operación diurna o nocturna, la naturaleza de la tarea (área abierta o cerrada, casas, campos, bosques, montañas, etc.).
Estos factores determinan la elección del arma, ya sea una ametralladora, un arma automática (AK larga o Vitiaz corta) o un rifle (semiautomática o no).
“Solía tener normalmente un rifle de francotirador, una ametralladora y una pistola estándar. No había ninguna opción en particular, lo que la Madre Patria proveyera. En su mayoría eran de fabricación rusa: rifles Orsis T-5000 y todo tipo de armas AK, SS-2, VAL Vintorez, VKS y VSV. Aunque la pistola era una Glock. Era mi elección habitual para las operaciones”.
Pincha aquí para ller de cinco unidades legendarias de las fuerzas especiales rusas.
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