Rusia está desarrollando un módulo de combate con inteligencia artificial, cuya principal tarea será eliminar los pequeños drones de vuelo bajo, que se han convertido en el arma preferida de algunos de los terroristas que luchan en Oriente Próximo. Los medios de comunicación rusos informaron sobre el desarrollo del nuevo sistema a finales de diciembre, citando a Umaján Umajánov, el diseñador jefe de la empresa responsable del proyecto.
El nuevo sistema de artillería se llama provisionalmente Samum. Además de los baratos vehículos aéreos no tripulados portadores de bombas, podrá proporcionar protección contra aviones e incluso helicópteros.
“El módulo de control remoto no tripulado puede instalarse en cualquier plataforma autopropulsada, es decir, en vehículos blindados o barcos. El calendario de implementación depende de la recepción de los pedidos. Hasta ahora, es una iniciativa de I+D”, declaró Umajánov en una entrevista.
Actualmente, existen dos prototipos del sistema: uno de artillería (capaz de alcanzar objetivos a una altitud de 1,5 km y una distancia de 2,5 km) y otro de artillería-cohete (capaz de alcanzar objetivos a una altitud de 3,5 km y una distancia de 6 km), que están equipados con misiles tierra-aire del tipo Iglá o Verba.
Hay varias razones por las que los drones se han convertido en el arma principal en ataques terroristas.
En primer lugar, para llevar a cabo un ataque, cualquier avión teledirigido barato y básico sirve, dado que cualquier ingeniero puede colocarle explosivos improvisados.
En segundo lugar, los sistemas de defensa aérea del mundo están generalmente diseñados para destruir objetivos más grandes, como misiles y aviones. Dirigir proyectiles de alta tecnología y muy caros contra aviones no tripulados pequeños es costoso e ineficiente. Una manera más barata y efectiva de eliminar los drones llegó a estár a la orden del día. Aquí es donde entra en acción el Samum.
Además del sistema de artillería Samum, que se encuentra sólo en sus etapas iniciales de desarrollo, Rusia ya cuenta con un arma electromagnético portátil diseñado para derribar drones.
El rifle electromagnético REX-1 para infantería y unidades de operaciones especiales fue creado por la Corporación Kaláshnikov.
“Se trata de un ‘rifle’ radiomagnético que suprime los canales de control y transmisión de datos de los vehículos aéreos no tripulados más comunes del mundo. También está dotado de una serie de unidades electromagnéticas e infrarrojas intercambiables, capaces de suprimir los canales GSM, GPS, Glonass, Galileo (los tres últimos son sistemas de navegación por satélite)”, contó a Russia Beyond Nikita Jamítov, jefe de proyectos especiales del Grupo Zala Aero, una filial de la Corporación Kaláshnikov que está desarrollando el nuevo arma.
Añadió que para cada objetivo y tarea específicos, es posible modificar el arma e instalarle el componente necesario en cuestión de segundos, como se cambia el cargador de un rifle de asalto.
Esto permite al operador ahorrar energía de la batería, pues el arma electromagnético puede funcionar durante cuatro horas con una sola carga. El operador puede entonces recargarlo durante otras cuatro horas utilizando un enchufe normal de 220 voltios, o introducir una batería adicional para su uso ininterrumpido.
Cuando se enfrentan a esta arma, los drones pueden reaccionar de distintas formas: pueden volver a su punto de partida o aterrizar.
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