Este automóvil único fue descubierto en 2017 en la ciudad siberiana de Cheliábinsk. Un usuario local de VK.com (la red social más popular de Rusia) informó haberlo encontrado en el antiguo garaje que compró fuera de la ciudad. El nuevo propietario bautizó este vehículo anfibio con el nombre de Argo. En primavera de este año se exhibió en la Old-Timer Gallery de Moscú, una exposición de coches antiguos poco comunes. Pero quedan las siguientes preguntas sin responder, ¿quién y para qué lo hizo?
Este vehículo anfibio todoterreno de ocho ruedas fue creado por el ingeniero Maxim Melnichenko. Trabajó en la fábrica de tractores de Cheliábinsk y creó esta obra maestra en los años 60 (según otras fuentes, en los años 50). Dicen que Melnichenko era un ávido cazador y que le gustaba adentrarse en los bosques de los Urales. Al parecer se reunió con varios compañeros de trabajo con ideas afines para construir este vehículo especial para viajar por la naturaleza. Este monstruo se basó en el GAZ M-20 Pobeda.
Lo más interesante de esta construcción es su mecanismo de rotación articulado, como el que se encuentra en los tractores (recuerda, fue construido en una planta de tractores). El motor del GAZ y la bomba hidráulica se encuentran en la parte trasera. La única puerta se encuentra en la parte de delante.
Para moverse sobre el agua, Argo se alimenta de una transmisión hidrostática. Todas las ruedas están equipadas con motores hidráulicos compactos. De hecho, tiene ocho ruedas motrices y en cada par de ellas, se puede poner una oruga. Está bastante bien pensado.
Es enorme pero es una ilusión. A pesar de medir 4,53 m de largo, 1,9 m de ancho y 1,49 m de alto, solo pesa 1,5 toneladas.
El coche tiene dos secciones selladas hechas de duraluminio, una aleación de aluminio de alta resistencia. Las juntas están diseñadas en forma de “branquias” y eso le da ese aspecto de steampunk.
Los medios rusos escribieron que el desarrollo de Argo era un asunto clasificado y pocas personas que lo conocían. Otros especulan que nadie en la fábrica sabía realmente para qué coche se fabricaban exactamente los motores hidráulicos individuales sobre ruedas. Se desconoce por qué este coche no ha pasado a la producción.
Parece que los anteriores dueños del garaje de Cheliábinsk comprado por Melnichenko eran demasiado perezosos para entregarlo como chatarra. Después Argo cambió de dueño varias veces hasta que terminó en manos de entusiastas de la tecnología y fue visto por última vez en la Old-Timer Gallery. Quizá lo restauren algún día.
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