En la localidad rusa de Pevek, en el Ártico, se ha introducido y probado una novedosa forma de suministrar calefacción a los hogares de localidades costeras remotas. Hace un año, la gigantesca barcaza eléctrica Akademik Lomonósov atracó en el puerto que domina la ciudad. Sobre ella había una central nuclear alimentada con un reactor comparativamente pequeño. Desde ese momento, los habitantes de Pevek disfrutan de calefacción y agua caliente que llega a sus hogares gracias al reactor nuclear “portátil”.
“La fuente no es un reactor típico con enormes torres de refrigeración, sino que es la primera de una nueva generación de plantas nucleares más pequeñas y potencialmente más versátiles, en este caso a bordo de una barcaza que flota en las cercanías del océano Ártico”, informó The New York Times el 5 de noviembre de 2021.
Cómo funciona
A diferencia de otros lugares donde se utiliza la energía nuclear para producir energía, la barcaza nuclear de Pevek funciona según un principio diferente. Convencionalmente, las grandes centrales nucleares, como las que se encuentran en EE UU, Europa y Asia generan electricidad, que posteriormente se utiliza para alimentar los sistemas de calefacción de las zonas residenciales.
En cambio, la central nuclear flotante cercana a Pevek transfiere el calor directamente desde el reactor a los hogares a través de un sistema de bucles de agua e intercambios de calor que capta el agua contaminada con partículas radiactivas en el interior de la central, pero transfiere el calor a las tuberías que abastecen a la ciudad.
Lo que piensan los residentes
A pesar de los peligros que suele entrañar la energía nuclear, la mayoría de los 4.500 habitantes de la remota ciudad portuaria de Pevek, situada por encima del círculo polar ártico en Chukotka, han acogido con satisfacción la tecnología no convencional, según relata el diario estadounidense. Sin embargo, aunque haya escépticos, no pueden renunciar a ella, ya que el sistema abastece a toda la ciudad.
La gente se ducha, baña a sus hijos y alimenta la bania rusa comunitaria de la ciudad con el calor generado por la central nuclear flotante, que algunos de los residentes pueden ver desde sus apartamentos.
Entre las medidas de seguridad que, según se informa, que ha tomado la empresa nuclear estatal rusa Rosatom, se encuentran la diferencia de presión entre el agua que circula por los edificios y el circuito de refrigeración de la planta, una forma de evitar fugas accidentales de radiación; la resistencia de la planta a un impacto exterior como el de un pequeño avión; y una capa de estructura de contención construida en la barcaza, que mantiene la planta nuclear a flote.
Qué dicen en otros países
Aunque la calefacción residencial directa con energía producida por una central nuclear flotante es poco frecuente, los pequeños reactores como el de Pevek han sido utilizados por múltiples países a lo largo de los años. Según The New York Times, EE UU operó un reactor similar y Suecia utilizó la calefacción nuclear en partes de Estocolmo de 1963 a 1974.
Además, se dice que empresas de EE UU, China y Francia están considerando las ventajas de la tecnología que se utiliza actualmente en la ciudad rusa del Ártico. Alemania, sin embargo, renunció al uso de la energía nuclear tras el desastre de Fukushima en Japón en 2011.
Según los científicos entrevistados por el Times, el uso de este tipo de pequeños reactores nucleares para la calefacción nuclear directa de zonas residenciales puede ser beneficioso para el medio ambiente, ya que tiene el potencial de descarbonizar la red eléctrica y, por lo tanto, reducir las emisiones a la atmósfera.
Haz clic aquí para saber más sobre la primera central nuclear flotante de Rusia
La ley de derechos de autor de la Federación de Rusia prohíbe estrictamente copiar completa o parcialmente los materiales de Russia Beyond sin haber obtenido previamente permiso por escrito y sin incluir el link al texto original.
Suscríbete
a nuestro boletín
Reciba en su buzón el boletín informativo con los mejores artículos sobre Rusia: