Obtener un visado ruso puede ser un proceso difícil y costoso para muchos turistas, pero hay una manera de hacer un viaje corto a Rusia sin tener este documento: los pasajeros del crucero del mar Báltico Princess Anastasia pueden visitar Rusia durante 72 horas sin visado.
La ruta del barco es la siguiente: Tallin (Estonia) - Estocolmo (Suecia) - Helsinki (Finlandia) y San Petersburgo (Rusia). Con un boleto puedes visitar los cuatro puertos pasando un día en cada ciudad. Y puedes quedarte en San Petersburgo hasta tres días. ¡El buque hace en su ruta un círculo completo (que parece más bien un diamante plano) alrededor del mar Báltico y vuelve a recogerte con el mismo billete!
Si tienes el dinero necesario, puedes pasar 72 horas en la ciudad más hermosa de Rusia (si no de toda Europa). Este es el tiempo suficiente para hacerse con una buena primera impresión de la ciudad. ¿Pero a dónde ir? ¿Qué hacer? Hay tres épocas importantes en la historia de la ciudad: la imperial, la soviética y la moderna. Te sugerimos que dediques un día a cada una de ellas.
Pedro el Grande eligió la ubicación de la nueva capital del Imperio Ruso por necesidad. San Petersburgo es el lugar donde el río Nevá converge con el mar Báltico, y el emplazamiento estaba en una antigua ruta comercial que conectaba Nóvgorod, el lago Ládoga y los puertos del Báltico. San Petersburgo se convirtió en una puerta (o, como dijo el poeta ruso Pushkin, “una ventana”) a Europa.
Hay muchos itinerarios turísticos populares y bien detallados por San Petersburgo que incluyen la visita del Hermitage, la catedral de San Isaac, la iglesia de la Sangre Derramada y observar el izado de los puentes durante el verano. Pero en este itinerario te invitamos a visitar sitios menos visitados pero muy importantes.
1. Comienza por el Jinete de Bronce (Medni Vsádnik), una estatua del fundador de la ciudad, Pedro el Grande. Está situada sobre una roca gigante (la Piedra del Trueno) y tallada en forma de ola marina. Según una leyenda, antes de ser traída a las orillas del río Nevá, la Piedra del Trueno era una roca sagrada de las tribus nativas que vivían en los alrededores, mucho antes de la fundación de la ciudad.
2. Rodeado por el parque, frente a ti está el edificio amarillo del Almirantazgo, pero no podrás entrar, ya que pertenece a la oficina central de la Marina Rusa. La imagen de un barco en lo más alto de la aguja del Almirantazgo es uno de los símbolos más famosos de la ciudad.
Cuenta la leyenda que en el mapa de la ciudad se puede ver un pentagrama masónico formado por las avenidas Nevski y Voznesenski y el río Moika y luego dividido uniformemente por el Jardín de Alejandro de la calle Gorójovaia (un parque), formando la parte superior de la pirámide con el "ojo" de la fuente. El Almirantazgo está situado en la cima de la pirámide, como si se hubiese intentado mostrar la gran importancia del lugar.
3. Pasea por el parque, visita la plaza del Palacio y el Hermitage y cruza el puente del Palacio. Llegarás a la lengua de tierra de la isla Vasílievski. Aquí hay varios museos históricos, incluyendo los de zoología y literatura, así como la Kunstkamera.
La gente se reúne los fines de semana, entre las dos columnas rostrales, para bailar por las tardes. Tómate tu tiempo para disfrutar de la vista de la fortaleza de San Pedro y San Pablo. Nunca fue atacada por enemigos, pero fue utilizada con bastante frecuencia como prisión para disidentes políticos. También albergó una fábrica de dinero y un cementerio con las tumbas de los miembros de la familia real.
Ahora es un lugar popular de ocio donde puedes tomar el sol (si tienes suerte con el tiempo, claro).
4. Desde la fortaleza de San Pedro y San Pablo, recomendamos cruzar el puente Troitski para llegar al lado opuesto del Nevá. Aquí podrás ver el Campo de Marte y el Jardín de Verano, donde disfrutarás de un agradable paseo entre estatuas griegas y romanas.
El jardín fue abierto por orden de Pedro el Grande. Era su zoológico personal, con ciervos y pavos reales. Hoy en día, el zoológico ya no existe, pero todavía se pueden ver cisnes blancos en el jardín.
5. Después del Jardín de Verano, dirígete a Mijáilovski o al Castillo de los Ingenieros, el palacio del zar Pablo I, ahora convertido en museo. Este enorme edificio fue construido con un único propósito: proteger al zar. Irónicamente, fue asesinado en este mismo lugar, poco después de que se terminara el castillo.
Tiempo después, se abrió una escuela de ingeniería en este edificio, y el famoso escritor Fiódor Dostoievski estudió aquí como cadete.
6. Ya se está haciendo tarde. Si estás cansado de caminar, puedes dar un paseo en barco por los canales y ríos de San Petersburgo. Si no estás preparado para esto, vete caminando hasta la avenida Nevski, sube a un trolebús o a un taxi y dirígete al extremo este de Nevski, donde se encuentra el monasterio Alexánder Nevski.
Este es un monasterio y la residencia final de muchos rusos famosos. En su necrópolis se encuentran las tumbas de escritores como Fiódor Dostoievski y Nikolái Karamzín, los compositores Piotr Chaikovski y Modest Músorgski, el científico Mijaíl Lomonósov, el generalísimo Alexánder Suvórov y muchos otros.
Si el período imperial de la ciudad duró dos siglos, el soviético sólo lo hizo 70 años. A principios del siglo XX, San Petersburgo pasó a llamarse Petrogrado (por el sentimiento antialemán experimentado a causa de la Primera Guerra Mundial) y más tarde Leningrado, la ciudad de Lenin.
1. Comienza el día con una excursión al crucero Aurora. Este viejo acorazado inició la Revolución Socialista en 1917 disparando al Palacio de Invierno (el Hermitage). Ahora el barco sirve como museo y fue recientemente restaurado.
2. Recorre las orillas del Nevá, cruzando la plaza Troitski hasta llegar al Museo de Historia Política de Rusia. El edificio del museo era una mansión que perteneció a Mathilde Kschessínskaya, una famosa bailarina de ballet y amiga cercana del último zar ruso, Nicolás II. Más tarde, los revolucionarios ocuparon la mansión y Vladímir Lenin pronunció allí, ante una gran multitud, un motivador discurso.
3. El resto de la ruta turística soviética está un poco dispersa, ya que muchos lugares se encuentran lejos unos de otros. Puedes coger un taxi o un Uber, pero te recomendamos que tomes el metro. La estación más cercana de aquí es Górkovskaia, que tiene forma de OVNI.
El sistema de metro de San Petersburgo es el más profundo del mundo. Las estaciones Admiraltéiskaia (105 m de profundidad) y Chernishévskaia (71 m) tienen interiores especialmente atractivos que compiten con las famosas estaciones de Moscú.
4. Tu ruta, como la mayoría de todas las cosas en San Petersburgo, girará alrededor de la Avenida Nevski. En la plaza Koniúshennaia se encuentra el Museo de máquinas recreativas soviéticas, de propiedad privada, es una pequeña galería con auténticos juegos de maquinitas soviéticas. Puedes disparar un rifle, jugar a una miniversión del baloncesto y disparar un torpedo contra un barco enemigo desde un submarino virtual.
5. Probablemente ya tengas hambre cuando termines con los videojuegos, así que visita una cantina al estilo soviético, donde vive el espíritu de la URSS. No quedan muchos comedores auténticos de la vieja escuela (o stolóvaia) y con el toque kitsch soviético de moda del que en la actualidad hay tantos imitadores modernos. Nuestra elección es Pelménnaia, en Zhukóvskogo, 12, una cantina que incluso fue visitada por la esposa de Lenin, Nadezhda Krúpskaia.
Otra opción es el restaurante de la Casa de los Actores (Dom Aktiora en el número 86 de la Avenida Nevski), un lugar donde los modernillos soviéticos de los años 70 disfrutarían de la cena.
Riúmochnaia en Stremiánnaia, 22 es otro antiguo y auténtico lugar donde se puede tomar un trago de vodka barato (pero bueno) con un trozo de arenque como aperitivo.
6. Si optas por Riúmochnaia, con su amplia oferta de bebidas baratas tu ruta del día bien podría terminar aquí. Sin embargo, te sugerimos que des un último paseo para ver el rompehielos Krasin.
Es un barco diésel (uno de los más potentes de su época) que descansa a orillas del Nevá. Fue el único barco que pudo llegar al lugar del accidente del zeppelín Italia de Umberto Nobile a su regreso del Polo Norte, en 1928. De regreso del rescate de la expedición de Nobile, el rompehielos también salvó a la tripulación y pasajeros de un barco alemán llamado Monte Servantes, que se había quedado atascado en el hielo con 1.500 personas a bordo.
Desde tu ubicación actual también puedes visitar el Muelle del Almirantazgo, los Astilleros del Báltico y un antiguo submarino soviético.
El período correspondiente a esta ruta comenzó en 1991 con el colapso de la Unión Soviética, cuando la ciudad recuperó su antiguo nombre. Hay muchas maneras de hacerse una idea de la vida en el moderno San Petersburgo, y difícilmente se pueden experimentar todas en un solo día. Así que elige entre las opciones de esta lista.
1. Recorrido por la ciudad moderna. Toma un taxi (o alquila un coche) y dirígete a la carretera Diámetro Occidental Rápido. Aquí puedes ver y visitar el nuevo estadio construido para la Copa Mundial de Fútbol de 2018, el nuevo rascacielos Gazprom (llamado Centro Lajta o Lakhta Center en inglés) y un nuevo puerto de pasajeros. O simplemente disfruta de la vista del mar Báltico. Todo esto también se puede ver desde el agua si haces una excursión de un día en barco, desde el Hermitage hasta Peterhof y viceversa.
2. Gran Maqueta de Rusia. Se trata de un museo con una sola exposición: un modelo de trabajo de Rusia. La miniversión del país está conectada por un largo ferrocarril. Los trenes se mueven, las fábricas funcionan y la gente diminuta vive su vida cotidiana en un ciclo artificial de día y de noche.
Obviamente, no es un modelo 100% preciso, pero te dará una idea de lo que es Rusia. Sin embargo, el museo está bastante lejos del centro de la ciudad, en la calle Tsvetóchnaia, cerca de la estación de metro Moskóvskie Vorota.
3. Para los entusiastas del deporte se recomienda realizar una excursión en kayak que comienza por la mañana. San Petersburgo es una ciudad de canales y muchos rusos incluso la llaman “Venecia del Norte”. No hay gondoleros, pero puedes alquilar tu propia embarcación para tener otra vista de la ciudad desde sus numerosos canales.
4. Y si te gusta mirar hacia abajo más que hacia arriba, un recorrido a pie por los tejados de la ciudad es lo que necesitas. Estos están disponibles todo el día y a veces incluso por la noche. Se trata de un tipo de turismo relativamente nuevo, pero muy popular. Algunas de las visitas a los tejados son ilegales ya que no todos están abiertos al público, así que asegúrate de buscar buenas críticas en Tripadvisor antes de elegir a tu guía.
Si quieres saber más sobre San Petersburgo, pincha aquí.
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