El Lejano Oriente ruso es una parte del país enorme, pero escasamente poblada, que se extiende desde el lago Baikal hasta el océano Pacífico. Sólo ocho millones de personas viven en 11 regiones, a pesar de que cubre más del 40% del territorio del país más grande del mundo. Las ciudades, pueblos y aldeas están separados por cientos y miles de kilómetros entre sí (las más grandes son Jabárovsk y Vladivostok, con una población de algo más de 600.000 habitantes, mientras que el resto están habitadas por una media de hasta 50.000-100.000 personas). La vida se caracteriza por un clima duro, unas infraestructuras limitadas y unos precios de los alimentos muy elevados... Pero, al mismo tiempo, hay una naturaleza increíblemente bella y unas vistas que no se pueden encontrar en ningún otro lugar.
La capital de Kamchatka, la ciudad de Petropávlovsk-Kamchatski, está situada a orillas de la bahía Aváchinski. Está rodeada de colinas y, en las profundidades, se alzan unas extrañas rocas apodadas los “Tres hermanos”. La leyenda cuenta que en su día estas rocas eran bogátiles, que se convirtieron en piedra para proteger la ciudad de un tsunami. La bahía Aváchinski está separada del océano Pacífico por un estrecho de 3 km, lo que la protege de los elementos del mar. Además, la bahía no se congela en invierno.
Kamchatka es la patria del surf ruso. El lugar más popular para practicarlo es la playa Jalaktirski, a unos 20 km de Petropávlovsk-Kamchatski. Allí se pueden encontrar suaves y largas olas del océano Pacífico, que impresionarán tanto a los profesionales como a los principiantes.
En Kamchatka hay casi 200 volcanes, de los cuales 30 siguen activos. Y el volcán activo más alto del continente también está allí. La altura del Kliuchevskói es de 4.800 metros y “crece” cada año. Sólo en los últimos 20 años ha entrado en erupción diez veces. Pero escalarlo sigue siendo una atracción turística muy popular.
En el territorio de la Reserva Kronotski, en la península de Kamchatka, se encuentra un lugar “cósmico”, al que sólo se puede llegar en helicóptero. El Valle de los géiseres es uno de los lugares más remotos del Lejano Oriente, que atrae a todos los amantes de la vida salvaje. Imagínate un cañón de 8 km de largo y 4 km de ancho, donde se concentran unos 40 géiseres y fuentes termales. Algunos entran en erupción varias veces por hora, otros un par de veces al día. Siempre hay vapor y olor a azufre sobre el valle.
En el centro de la región de Magadán hay un lago y un parque natural que lleva el nombre del escritor estadounidense Jack London. El lago está rodeado de cordilleras y otros lagos y en su superficie se pueden ver varias islas pequeñas. El clima en esta zona es duro e, incluso en el caluroso verano, se pueden ver témpanos de hielo en el lago.
Danita Delimont/Global Look Press
Global Look PressA unos 100 km de Magadán, en el norte del mar de Ojotsk, se encuentra la pequeña isla de Talán (de unos 2,5 km²). Está desierta, pero no deshabitada. Allí vive una enorme colonia de diferentes aves: los científicos han contado unos 1,8 millones de pájaros. La isla en sí es un acantilado puntiagudo, cubierto de escasa flora, y a los pájaros les encanta posarse en sus grietas. Con buen tiempo, la isla puede verse desde Magadán.
Vladivostok se fundó en 1860 como puesto de avanzada naval que defendía las fronteras orientales del Imperio ruso. Una de las partes más interesantes de la ciudad es la isla Russki, que se abrió al público hace pocos años. Desde principios del siglo XX, hubo una base naval y, hoy en día, los turistas pueden ver las fortificaciones históricas.
Un símbolo de Vladivostok es el puente sobre la bahía Zolotói Rog (Cuerno de oro). Conecta el centro de la ciudad con el remoto Cabo Churkin. El Puente del Cuerno de oro es uno de los 10 mayores puentes atirantados del mundo. Al anochecer, se ilumina de forma preciosa y ofrece hermosas panorámicas de la ciudad.
¿Te gustan los gatos? ¿Y los grandes? El parque nacional de la Tierra del Leopardo, en Primorie, es el hogar de los más raros leopardos del Lejano Oriente, los gatos leopardo de Amur y los tigres de Amur. En el parque hay casi 500 trampas fotográficas, gracias a las cuales el personal mantiene un dossier sobre la vida de los felinos salvajes.
Las Kuriles son una cadena de 56 islas grandes y pequeñas con terreno accidentado, que separan el mar de Ojotsk del océano Pacífico. De hecho, todas ellas son picos montañosos que se elevan sólo 1-2 km por encima del agua y la parte principal está oculta en las profundidades. Por eso hay unas vistas tan pintorescas. Muchas de las islas tienen volcanes, acantilados blancos, fuentes de minerales y lugares de estancia para aves.
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