Esta versión de la Nintendo hecha en Taiwán inundó el mercado ruso en 1992. Aunque ahora parece que todos los niños rusos de la década de 1990 tenían una, no es cierto. Aquellos afortunados cuyos padres les compraron Dendy se podían considerar verdaderos reyes, mientras que los que tenían una Sega eran casi como dioses.
Todas las chicas tenían este artículo de alta costura y lo usaban con orgullo. Fácil de usar y de imponente aspecto, esta versión sencilla de los pantalones de yoga se podía usar tanto como para a un acontecimiento solemne, como para tirar la basura.
No eras “cool” si no tenías pantalones de tubo. Las escuelas rusas eran el lugar donde se podían encontrar en tal concentración, que aquello parecía de otro mundo.
Los años 90 fueron la primera vez que el género de libros de detectives y misterios llegó a las manos de los niños rusos, que los leían con entusiasmo. Además, ¿quién puede pensar en un título más intrigante para un libro que El misterio del malvavisco bañado en chocolate?
Estos pequeños círculos de papel y plástico, conocidos en España como “tazos”, no tenían nada que ver con la leche o el pescado. En cambio, fueron el juego más popular en Rusia en la década de 1990. Los niños jugaban con estos tapones y el ganador se lo llevaba todo, dejando al perdedor con las manos vacías. Los jugadores experimentados tenían muchos tapones ganados de otros, pero comprarlos era considerado un engaño de los peores que podías cometer.
Por alguna extraña razón, sólo un hombre, Leonid Volodarski, hacía la voz en off para cada película de Hollywood que se exportaba a Rusia en VHS. O tal vez era tan bueno que la gente sólo compraba películas con su única voz en off. De todos modos, el sonido nasal de su voz, que dificultaba la comprensión de la trama, es en la actualidad "música" para los oídos de todos los rusos que crecieron en la década de 1990.
Puedes hacerte una idea viendo esto.
Esta mascota digital en forma de huevo es conocida en todo el mundo. Los niños rusos desarrollaron una gran afición por ella a finales de la década de los 90. Sus padres solían esconder a los Tamagotchi bajo almohadas o colchones para evitar que estas "mascotas" les despertaran por la noche.
Los rusos no sabían mucho acerca de las palomitas de maíz en la década de los 90, por lo que los paquetes de biscotes llenaron este vacío. Los niños solían comprarlos en pequeñas tiendas antes de ir a los cines. Cuando la proyección terminaba, había migas por todas partes.
Los niños coleccionaban adhesivas para llenar álbumes dedicados a diversos temas y héroes del cine y de la animación: Terminator, Aladino, el Rey León, etc.
Este popular juguete americano cautivó a los infantes rusos, especialmente a las niñas. Los chicos también jugaban con él, pero a escondidas.
Los Turbo eran un legendarios chicles que seguramente pueden hacer que a la mayor parte de la pertenecientes a la generación de 1990 se les escape una lagrimita.
Este dispositivo electrónico portátil tenía un número limitado de juegos instalados, y en realidad se llamaba "Brick Game". Pero su juego principal, el Tetris, se hizo tan popular que todos lo acabaron llamado así. El Snake y el Arkanoid también estaban disponibles.
Todo el mundo tenía al menos un tatuaje de estos en la década de 1990. Sin embargo, se lavaban rápidamente.
Estos aparecieron en distintas variedades: desde los que eran juguetes hasta los que eran caramelos. Todos los que crecieron en los años 90 fueron vampiros alguna vez.
Esta bicicleta plegable era muy chula. Y, aunque se siguen fabricando, ¿quién las necesita cuando la década de los 90 terminó hace tiempo?
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