En un día de verano como cualquier otro, los habitantes de Novosibirsk inundaron sus redes sociales con fotografías tomadas con el telón de fondo de un lago cristalino. Las chicas guapas posaban en trajes de baño, bailaban y ponían posturitas.
Este lugar, donde el agua es azul incluso en los días más deprimentes, es conocido como las “Maldivas rusas”. En estas fotos podéis hacerte una idea del lugar... ¡y los colores no son obtenidos mediante los filtros de Instagram!
Pero cuando llegas a la orilla del lago, inmediatamente sientes un fuerte olor a detergente, que desaparece cuando te alejas. “¡Cualquier deseo que pudieras tener de sumergirte en el agua se desvanece inmediatamente! Y uno tiene la impresión de que el lugar podría ser peligroso”, escribió un periodista local, Mijaíl Reshétnikov.
En las redes sociales se habla de un lugar “envenenado”, “tóxico”, “mortal” y “radiactivo”. Los arbustos y las plantas que tocan el agua dejan de crecer... y mueren lentamente.
Las “Maldivas rusas” no son más que un lago artificial, una cuenca creada por la planta de calefacción local y posteriormente rellenada con agua. El color cristalino no se debe a un manantial de agua limpia, sino que es el resultado de los productos que fluyen hacia ella: la central térmica vierte en esta cuenca cenizas y escorias resultantes de la combustión del carbón. En otras palabras, desperdicios.
El color azul del lago depende de una serie de factores: aquí se disuelven sales y metales de diversos tipos. También hay un alto nivel de alcalinidad en el agua. Finalmente, la profundidad (1-2 metros) afecta al color final de la superficie del agua. Si fuera menos profundo, el resultado sería probablemente diferente.
“Hasta las gaviotas de aquí tienen plumas azules. Y no está claro de qué depende su color - de un simple reflejo del agua o del contacto con ella”, escribió el periodista.
Paradójicamente, las costas de este lugar siempre están llenas de gente en verano. Los rumores que circulan en las redes sociales sobre la probable radiactividad del lago desde hace algún tiempo parecen no tener efecto.
Acceder al lago no es nada difícil: la ciudad, de hecho, está a sólo diez minutos de allí. Se puede llegar por dos caminos de tierra que atraviesan bosque, alguna que otra dacha y cementerio. En las cercanías no hay ni siquiera un cartel que prohíba el acceso a la zona. Uno tiene la impresión de que los gerentes de la central eléctrica nunca se imaginaron que alguien quisiera visitar estos lugares.
La empresa ha emitido recientemente un comunicado: “Caminar cerca del vertedero es como caminar en un campo de tiro: es peligroso y desaconsejable. Si usted entra en contacto con el agua, se pueden desarrollar reacciones alérgicas debido a los componentes disueltos en ella”.
La posible radiactividad del lugar, sin embargo, ha sido desmitificada. “Las cenizas no son venenosas. Aquí vuelan gaviotas azules y las plantas no se mueren. El nivel de radiación es normal: los estudios fueron realizados por dos laboratorios independientes”.
Pero la prohibición de bañarse sigue vigente. Es muy peligroso entrar en el agua: el fondo cubierto de ceniza es fangoso y uno corre el riesgo de hundirse como en arenas movedizas. “Por lo tanto, pedimos a todos los que van a este lugar que no se metan en el agua, que es precisamente el mayor peligro”.
Si quieres conocer unas “Maldivas rusas”, donde puedes bañarte sin problema, pincha aquí.
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