La campaña finlandesa del Ejército Rojo se suponía que sería un paseo por el parque, pero la sorprendente y feroz resistencia del Ejército finlandés convirtió la guerra en una pesadilla para las tropas soviéticas, que perdieron más de 126.000 hombres. Por otro lado, el Ejército soviético sacó importantes conclusiones del conflicto, mejorándose así significativamente la capacidad de combate del Ejército Rojo antes de la invasión nazi de 1941.
En abril-mayo de 1940, la policía secreta (NKVD) ejecutó a más de 21.000 polacos en el bosque de Katín, en la región de Smolensk. La mayoría de ellos eran oficiales polacos que habían sido capturados como prisioneros de guerra durante la invasión soviética de Polonia en 1939. También había muchos representantes de la intelectualidad polaca, tildados de “peligrosos elementos anticomunistas”.
Según los acuerdos secretos soviético-alemanes, los Estados bálticos y la región rumana de Besarabia (actual Moldavia) fueron asignados a la esfera de influencia soviética, y en junio de 1940 los soviéticos comenzaron a actuar en estos territorios. Al darse cuenta de que no tenían ninguna posibilidad de luchar contra la URSS, los gobiernos de Letonia, Estonia y Lituania aceptaron las demandas soviéticas de permitir que el Ejército Rojo entrara en el territorio de las repúblicas. Las elecciones organizadas poco después llevaron al poder a las fuerzas procomunistas, que a su vez votaron a favor de unirse a la URSS. Rumanía aceptó ceder Besarabia a la Unión Soviética sólo unas horas antes de que comenzara la programada invasión soviética.
La ofensiva alemana, lanzada el 22 de junio de 1941, desató un desastre catastrófico en el Ejército Rojo. A pesar de la heroica y frenética resistencia de los soldados soviéticos, desaparecieron ejércitos enteros, cercados y exterminados; miles de tanques y aviones fueron destruidos. A finales de 1941, la Wehrmacht ocupó Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia, Bielorrusia y Ucrania, y llegó a las puertas de Moscú y Leningrado. Las tropas soviéticas perdieron más de tres millones de soldados entre muertos y capturados, mientras que las pérdidas alemanas fueron de más de 700.000 efectivos.
La evacuación de la mayor colección de arte de Europa, las exposiciones del Museo del Hermitage de Leningrado, comenzó el primer día del ataque alemán a la URSS. En secreto, más de 1,2 millones de piezas de arte de un total de dos millones fueron transportadas por ferrocarril a un lugar seguro de almacenamiento en los Urales. La evacuación había sido planificada desde hacía mucho tiempo (desde 1939) y, por lo tanto, se llevó a cabo de manera eficaz y rápida.
En septiembre de 1941, las tropas alemanas y finlandesas rodearon la segunda ciudad más importante de la URSS: Leningrado. Durante 872 días de asedio, los ciudadanos sólo contaron con una vía de abastecimiento, a través del congelado lago Ládoga, que se encontró permanentemente bajo el fuego enemigo. La enorme ciudad necesitaba desesperadamente suministros y sufrió de hambrunas, lo que provocó la muerte de más de 600.000 civiles.
Después de defender Moscú en duras batallas de septiembre a diciembre de 1941, las tropas soviéticas lanzaron una importante ofensiva contra la agotada Wehrmacht y la obligaron a retirarse entre 140 y 240 kilómetros de la capital soviética. La batalla de Moscú se convirtió en la primera gran derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, tras la cual el mariscal de campo Walter von Brauchitsch apodó al Ejército Rojo “primer oponente serio” de Alemania.
El punto de inflexión de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Stalingrado, fue una de las más sangrientas de la historia y se cobró la vida de casi 1,3 millones de personas en ambos bandos. Cuando las tropas alemanas atacaron en lo más profundo de la ciudad, los ejércitos rumanos, más débiles, cubrieron sus flancos. El 19 de noviembre de 1942, las tropas soviéticas lanzaron la Operación Urano, rompiendo las líneas rumanas y rodeando al 6º ejército alemán, que fue aniquilado en enero de 1943.
Una de las mayores batallas de la historia, la batalla de Kursk involucró a casi dos millones de soldados, más de 6.000 tanques y 4.000 aviones. Al sufrir una derrota en Kursk, los alemanes perdieron la iniciativa estratégica en la guerra y comenzaron una retirada que acabaría con su completa derrota y rendición incondicional.
La ofensiva del Ejército Rojo en la Bielorrusia ocupada por los nazis, denominada Operación Bagratión, fue su forma de resarcirse por los desastres militares de 1941. La operación relámpago soviética estaba prevista para el 23 de junio, casi el día en que la operación Barbarroja había comenzado tres años antes. Con ataques rápidos, masivos y coordinados de tropas terrestres y aéreas, los soviéticos rompieron las defensas enemigas, rodeando y aniquilando completamente el Grupo Central del Ejército alemán.
Esta conferencia de líderes aliados determinó la estructura de Europa de los siguientes próximos 40 años. Durante largas y complicadas discusiones, Stalin, Churchill y Roosevelt decidieron el destino de Polonia, Alemania y Yugoslavia en la posguerra, sentando además los cimientos de las Naciones Unidas.
Aunque Berlín fue tomada el 2 de mayo y el Tercer Reich se rindió el 8 de mayo, las batallas en Europa no habían terminado para el Ejército Rojo. Todavía tenían que emprender la última gran operación estratégica en Europa para destruir las tropas alemanas que quedaban en Praga y Checoslovaquia, lo que se produjo el 12 de mayo.
Como se decidió con los Aliados, la Unión Soviética declaró la guerra a Japón tres meses después de la victoria sobre Alemania. La ofensiva soviética atravesó las defensas japonesas como un cuchillo a través de la mantequilla, avanzando esta hasta el territorio del noreste de China en un frente que se extendía de 290 a 800 km. A los 10 días del inicio de la ofensiva, el ejército de Kwantung fue totalmente aplastado.
La economía soviética sufrió grandes daños durante la Segunda Guerra Mundial: más de 1.700 ciudades y 70.000 pueblos resultaron destruidos, 32.000 fábricas y plantas fueron sufrieron el mismo destino. Sin embargo, al movilizar todas las fuerzas de la URSS, a finales de la década de 1940 el país no sólo había restaurado los niveles de producción industrial de antes de la guerra, sino que los había doblado. La agricultura se recuperó también un poco, pero más tarde, a principios de la década de 1950.
A pesar de los acuerdos establecidos entre soviéticos y potencias occidentales respecto a la solución conjunta de los problemas alemanes, EE UU y el Reino Unido iniciaron importantes reformas económicas en Alemania occidental sin consultar a la URSS. Como respuesta, los soviéticos bloquearon todas las rutas de acceso entre Alemania occidental y Berlín occidental, excepto el tráfico aéreo. El bloqueo de Berlín duró desde junio de 1948 hasta mayo de 1949, y fue una de las primeras crisis de la Guerra Fría.
Sólo el 29 de agosto de 1949, la Unión Soviética se convirtió en el segundo país del mundo en posesión de armas nucleares. En Semipalátinsk (en el Kazajistán actual) se detonó la primera bomba atómica, la RDS-1. Tenía mucho en común con la ‘Fat Boy’ de los estadounidenses, lanzada sobre Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
Pincha aquí para ver una serie de calles de Moscú durante la Segunda Guerra Mundial y en la actualidad.
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