Durante los enfrentamientos ocurridos en noviembre de 2015 en la provincia siria de Latakia, las tropas sirias, con la ayuda de Rusia, se enfrentaron cara a cara con un tanque de lo más anguloso, muy diferente a los antiguos blindados oxidados soviéticos, que formaban la base de los vehículos pesados de los terroristas.
Tras un duro intercambio de disparos, del que salieron victoriosas las tropas del Gobierno, los militares decidieron inspeccionar el peculiar monstruo de metal. Resultó ser un viejo tanque británico Centurion MK 3, de principios de los años 50. Lo más sorprendente es que los británicos diseñaron este vehículo durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Quién hubiera pensado que estaría en una guerra en Oriente Próximo 70 años después?
Equipado con un cañón de 83,8 mm, formaba parte de un lote de 700 unidades y pasó toda su “carrera” militar en diversos conflictos árabe-israelíes. Según Vadim Koziulin, profesor de la Academia Rusa de Ciencias Militares, los miembros del ISIS compraron/robaron/adquirieron el vehículo en Jordania, donde hay unos 300 tanques Centurion MK 3 de los 700 originales.
Otro trofeo interesante que terminó en la base militar rusa fue un rifle de asalto Sturmgewehr 44 alemán, utilizado por las tropas nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Los primeros se encontraron a principios de 2016 en los suburbios de Damasco, en un almacén de los terroristas. Sin embargo, más tarde se supo que estos los habían sacado de los depósitos del Ejército sirio, ya que en los primeros días de la guerra robaron unos 5.000 rifles StG 44 de los almacenes.
Las tropas rusas incluso se encontraron con armas alemanas retocadas (que habrían parecido un poco fuera de lugar en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial). Por ejemplo, habían soldado rieles Picatinny para montar dispositivos de observación. Entre los cambios se incluyó también la sustitución de la empuñadura delantera y la adición de un lanzagranadas de fabricación propia.
Otro aspecto llamativo de estos rifles es el cartucho que utilizan, de 7,92x33 mm. La industria de defensa alemana no los fabricó más después de la Segunda Guerra Mundial. Según Koziulin, podrían haber conseguido la munición de dos maneras: desde los mismos almacenes donde se capturaron los rifles o produciéndolos ellos mismos.
Nada de lo anterior es comparable a las armas chinas manejadas por algunos miembros del ISIS. Lo cierto es que las armas alemanas y británicas de mediados del siglo pasado son incómodas, pero no fatales. La verdad es que las fuerzas rusas están mejor equipadas y no temen a los cañones oxidados.
Sin embargo, el sistema de defensa aérea portátil FN-6 chino es una auténtica pesadilla para el Ejército ruso. El 3 de febrero de 2018, en la provincia de Idlib, los terroristas derribaron un avión ruso Su-25, provocando la muerte del piloto.
“¿Cómo terminó en posesión de los terroristas? Es sencillo. Se trata de una versión de exportación del HY-6 chino, que se puede encontrar en todo el mundo, incluyendo Camboya, Perú, Pakistán, etc. Lo más probable es que llegara a Oriente Medio y cayera en manos de los militantes procedentes de este último país”, supone Koziulin.
El sistema es un lanzacohetes portátil eficaz contra objetivos que vuelan bajo, a altitudes de hasta 3,5 km. En otras palabras, es el arma perfecta para contrarrestar los helicópteros del Ejército ruso y los aviones de ataque. Los expertos afirman que los sistemas portátiles de misiles antiaéreos como estos son la amenaza más mortífera para las fuerzas armadas rusas.
Estas son las cuatro armas rusas más letales utilizadas en Siria.
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